Guardilama
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https://hdl.handle.net/11730/guatc/4521
Nombre de una de las montañas más imponentes de Lanzarote, sobre todo vista por su lado sur, que hace límite entre los mun. TIA y YAI, al lado del caserío de La Asomada, con sus 603 m.s.n.m. A su vez, la montaña tiene su propia Caldera de la Montaña Guardilama, una fuente y un pequeño barranco (Trapero y Santana 2011: 243 y s.s.).
Madoz describe la Montaña de Guardilama como un cráter al que se calcula más de 1000 años de formación, cuyas paredes cubiertas de arena volcánica producen vino, legumbres y cereales, y el fondo de su cráter, "que en el país se llama caldera" -especifica correctamente-, se considera terreno de primera calidad (1986: 118).
En efecto, el cráter o boca del volcán recibe en Canarias (en todas las islas del Archipiélago) el nombre de caldera, pero solo han pasado a la toponimia aquellas "calderas" que se han configurado de manera honda y redondeada, y en algunos casos, cuando estas son el elemento más destacado de todo el cono volcánico, el nombre de Caldera sustituye al propio de Montaña. Y tiene también razón Madoz al decir que las calderas tienen terrenos de primera calidad, y por tanto son cultivadas, pero solo cuando son fruto de erupciones viejas y tienen fácil acceso, como es el caso también de la Montaña Guardilama. A su vez, informa Agustín Pallarés (2014: 151) que en el borde de la caldera de esta montaña se halla una serie de canalillos parecidos a los de las famosas "queseras" de Lanzarote, atribuidos a los aborígenes de la isla.
Wölfel recoge el término en sus Monumenta (1996: 1006), justamente a partir de la cita de Madoz, pero no ofrece para él interpretación alguna, ni nosotros sabemos dársela.
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