Los
Guanchismos

Diccionario
de Toponimia
de Canarias

Maximiano Trapero

con la colaboración de

Eladio Santana Martel

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GUANCHISMOS


Jameo

Jameo es un guanchismo exclusivo de Lanzarote, plenamente vigente en el habla popular de la isla y con presencia abundante en su toponimia, incluso en ...

Bentaiga

El Bentaiga, como popularmente se le llama en Gran Canaria, es un gran roque situado en medio de la caldera de Tejeda, municipio de Tejeda, y que con ...

Garajonay

El nombre de Garajonay se conoce hoy internacionalmente por ser el que designa el espacio natural principal de la isla de La Gomera y uno de los más ...

Ermigua

Nombre de una de las más importantes poblaciones de La Gomera, que es a su vez municipio, por tanto son varios los topónimos secundarios que llevan ...

ARCHIPIÉLAGO


Los topónimos son las últimas palabras que quedan de una lengua perdida.

Este estudio ha merecido el Premio “Real Academia Española 2019 de Investigación filológica” de todo el ámbito de la Hispanidad.


La lengua o lenguas que hablaron los primitivos habitantes de las Islas Canarias se perdieron del todo, pero quedan en la toponimia actual de las Islas muchos nombres de aquellas lenguas, muchos más de los que pudiera suponerse, que siguen vivos y que representan la singularidad mayor del patrimonio lingüístico canario en el conjunto de España y del Mundo Hispánico. No hubo, pues, ruptura radical de costumbres tras la conquista castellana, y menos extinción de la raza aborigen, sino continuidad y mixtura de las dos razas y de las dos lenguas: la toponimia es testimonio irrefutable de ello.

Una doble característica tiene esta obra: es un diccionario que relaciona y estudia los topónimos que siguen vivos, y que han sido recogidos de la tradición oral, fruto de recolectas efectuadas en todas las islas desde las tres últimas décadas del siglo xx y la primera del siglo xxi, y sobre las informaciones orales obtenidas de las gentes naturales de cada lugar, lo que garantiza la veracidad de los nombres. Son, por tanto, nombres actuales y ciertos, a diferencia de los otros diccionarios de guanchismos precedentes, basados en los repertorios léxicos entresacados de las crónicas de la conquista y de las primeras historias de Canarias, tan exiguos a la vez que tan llenos de inexactitudes y de nombres inexistentes. No obstante, también se relacionan y estudian aquellos topónimos famosos registrados en las crónicas y primeras historias de Canarias que han desaparecido o no se han identificado en la actualidad.

Como obra monumental y novedosísima ha de calificarse este Diccionario de guanchismos de Maximiano Trapero y Eladio Santana Martel, y que confirma lo dicho por Alejandro Humboldt a finales del siglo XVIII: que el único monumento vivo para esparcir un poco de luz sobre el origen de los guanches es su lengua.

Tres son los tipos de información que se contienen sistemáticamente en cada artículo lexicográfico de este diccionario: a) la geográfica, diciendo el tipo de accidente o de accidentes que nombra cada término toponímico, así como la situación precisa que ocupa dentro de cada isla y su pertenencia al municipio correspondiente; b) la histórica, en el caso de que el tal topónimo tenga antecedentes históricos, cual puede ser el de una acción durante la conquista o el de un acontecimiento relevante posterior; y c) la lingüística, pretendiendo en cada caso dar una interpretación filológica al nombre, cuando existen elementos que permiten esa interpretación.