Topónimo de El Hierro que nombra a dos pequeños roques existentes al comienzo de la bajada del Camino de Jinama, llamados respectivamente Roquito Aguarrama el de Arriba y Roquito Aguarrama el de Abajo, municipio de Frontera (Trapero et alii 1997: 196).

Detrás del aparente hispanismo de Aguarrama es muy posible que se esconda un étimo guanche, paralelo a los casos anteriores de Aguarijo, Aguachico, Aguajebles y Aguadara, todos ellos de El Hierro, y en general al modelo que proponemos en la entrada Agua. La cercanía de ese nombre a un posible antropónimo hispano lo descartan su configuración léxica y la designación a la que se refiere, pues no es lo normal que un antropónimo (en caso de que Aguarrama lo fuera) dé nombre a un accidente geográfico como un roque en un lugar en que tampoco es verosímil la propiedad, que es una de las razones principales de la presencia de los antropónimos en la toponimia rural.

Según nuestro colaborador berberólogo Abrahan Loutf, este Aguarrama herreño podría relacionarse con el término agurram, masculino singular de uso común en el chelja con el significado de 'santón'. Deriva de la raíz verbal GRRM con el valor de 'hacer una visita acudiendo a un santón'. En la toponimia aparece solo o bien con otro elemento léxico añadido como signo inequívoco de la existencia de un santón en el lugar, por ejemplo, Tizi n ugurram, Imedlaun; Azib n Ugurram y Gurrama, forma arabizada del plural igurramen como nombre de una fortificación en la localidad de Ayt Izdeg (Laoust 1939: 287). De ser cierta la comparación, el topónimo herreño podría considerar metafóricamente los roques del Camino de Jinama con el valor del "santón" del bereber o como hitos pétreos que pudieron merecer veneración en tiempos de los bimbapes.