Con este nombre se denomina un pequeño poblado de Gran Canaria, perteneciente al municipio de Artenara, en su vertiente norte, famoso por la multitud de cuevas-habitación en que todavía viven sus habitantes y próximo a otro pequeño poblado llamado precisamente Las Cuevas (GAC 173 E3). Existe además un Barranco de Chajunco que no sabemos si es el que dio nombre al poblado o fue al revés, aunque es lo más lógico que sea lo primero: la toponomástica general nos enseña que antes es la geografía -lo que en la naturaleza hay- que lo que el hombre hace sobre esa geografía. Sobre las cuevas-habitación típicas de esta zona de Gran Canaria hablamos en la entrada Artenara.

La coincidencia de su sílaba inicial con el tratamiento popular canario de Cho/Cha (por señor/señora), según sea hombre o mujer, ha hecho que a veces se oiga para este topónimo la variante Cho Junco como si de dos palabras se tratara (aquí Cho por atracción con el supuesto masculino de Junco). Pero debe descartarse esa interpretación: Chajunco es una sola palabra y de origen guanche.

Entre la bibliografía sobre el guanche solo lo encontramos citado por Chil y Naranjo (2006: 173), recogida por él mismo pero con una escritura tan errada como Chajumo. Y esta es la forma que pasó a los Monumenta de Wölfel (1996: 958), quien la pone en relación con el vocablo bereber tizzemt, básicamente 'estanque donde se recogen las aguas'. No podemos estar de acuerdo con la forma citada por el investigador austriaco, pero sí puede ser verosímil el paralelismo que propone con el vocablo bereber, especialmente por el significado que tiene, que es coincidente con las 36 voces variantes que Perera López ha recogido en La Gomera (2005: 6.16) para designar los charcos hondos que aparecen en los lechos de los barrancos. Y en este sentido, el topónimo grancanario sería un paralelo perfecto del siguiente topónimo gomero Chajusco.