Tres accidentes del centro de Gran Canaria llevan este nombre: una degollada, un roque y un risco, situados entre los barrancos del Juncal y de Ayacata, frente a la Montaña del Aserrador, pertenecientes al municipio de Tejeda (La toponimia de Gran Canaria 1997: II, 119).

La arqueología moderna ha descubierto en estos lugares pruebas evidentes de su utilización humana en época prehispánica. En la cara sur del roque se forman diversos solapones que debieron servir como cuevas naturales en las épocas veraniegas en que los pastos de la cumbre alimentaban a los ganados. Y en una de las cuevas del risco se han encontrado los cadáveres de un adulto y de dos niños asociados a tejidos elaborados sobre fibras vegetales (Guía del patrimonio arqueológico de Gran Canaria: 351-352).

La fuente en este caso es solo la tradición oral, pues no lo encontramos en ningún otro registro escrito antiguo. Últimamente lo hemos visto citado en el libro que Pérez Hidalgo ha dedicado a algunos lugares de Gran Canaria (2011: 252), pero no con la forma Chimirique sino como Chirimique, y aunque no dice la fuente de donde lo toma nos parece una denominación muy verosímil, por una simple metátesis.

Desde el punto de vista lingüístico la primera parte del término, tanto sea chimi o chiri cuenta con numerosos paralelos en la toponimia canaria, y es lo más probable que la inicial ch- sea el morfema variante de t- del artículo femenino; por su parte el elemento léxico del término es más que probable que pertenezca al radical RK del que deriva una serie de topónimos canarios con el valor de 'lugar que desprende mal olor'. Ver Erque.