El nombre de Itóbal lo tiene un barranco en la zona de la Punta de Teno, en el extremo suroeste de la isla de Tenerife, municipio de Buenavista del Norte. Así lo recogió y cartografíó Pérez Carballo en su libro y mapas de aquel territorio (1998: 82 y 95), después de haberlo recorrido a pie y recoger los nombres de sus puntos principales. Y lo reitera últimamente en el Rescate de la toponimia cartográfica de los barrancos de Tenerife que él mismo ha dirigido (2011: 18 G5). Viene también cartografiado en el GAC (100 C4), pero aquí escrito Itobal, sin acento, lo que ofrece una lectura diferente. Aparece recogido en los Monumenta de Wölfel (1996: 967) con cuatro grafías diferentes, que hacen todas ellas referencia inequívoca a este mismo topónimo: Itoba como "barranco", a partir de las citas de Álvarez Rixo, Chil y Millares (estos dos últimos, junto a Bethencourt Alfonso lo toman de Max Aguilar quien lo describe como "barranco y salto en Teno, Buenavista"); Hitoba como "montaña", desde Berthelot y Millares; Itoybo como "localidad", desde Berthelot; e Itoibo como "localidad", en Chil y Millares. Un nuevo ejemplo "ejemplar" de lo descarriada que está la toponimia canaria de origen guanche en la bibliografía decimonónica (y en la bibliografía crítica que toma estas citas como única fuente). Ante tales variantes, fruto -dice Wölfel- de "las más variadas asimilaciones y disimilaciones" es "poco más o menos que imposible reconstruir el radical original" y por tanto tampoco intentar una interpretación semántica del topónimo. No son esos procesos lingüísticos de la asimilación y la disimilación los causantes de esas "variantes", que ni siquiera son variantes sino simplemente palabras mal escritas por una práctica secular de copiar y recopiar sin comprobación alguna con la verdadera naturaleza del topónimo que es la que vive en la tradición o