El sencillo y simple nombre de Lina es el que designa un gran espacio de Gran Canaria, de una morfología muy compleja, situado en una de las zonas más montañosas de la isla, en la gran cuenca de Tejeda y en su vertiente del oeste, entre el Pinar de Pajonales y los Pinares de Ojeda, en el extremo en que confinan los municipio de Tejeda, SNT y SBT. Debido a esa complejidad morfológica de la zona, el nombre de Lina lo lleva un buen número de topónimos menores y subsidiarios. Los siguientes: Barranco de Lina, Cabañas de Lina, Degollada de Lina, Lajilla de Lina y Montañeta de Lina. Todos ellos fueron recogidos de la tradición oral y figuran en La toponimia de Gran Canaria (1997: II, 198). Además, en el GAC (188 C1) se añade otro: Vista de Lina.

El solo nombre de Lina podría hacer pensar en una palabra española, en un antropónimo de mujer, por ejemplo, pero la geografía a la que nombra y, sobre todo, la aplicación que toma en esa diversidad de topónimos hacen descartable del todo ese origen. De nuevo nos encontramos con una voz de apariencia hispánica pero de origen y etimología prehispánica casi seguros, aunque enmascarados por un proceso de hispanización fonética.

No lo encontramos en ninguna lista de guanchismos, quizás por esa apariencia hispánica, ni tenemos para él una interpretación desde el bereber, pero existen algunos topónimos guanches con quien ponerlo en relación, como el Lines herreño y muy posiblemente también el grancanario Inagua / Linagua / Lainagua.