Este nombre aparece en tres topónimos de Gran Canaria, los tres correspondientes a un mismo lugar situado por el Cortijo de Pargana, una de las zonas más riscosas del centro de la isla, municipio de San Bartolomé de Tirajana. Estos son: Barranco de Meca, Cuevas de Meca y Picachillo de Meca (La toponimia de Gran Canaria 1997: II, 219).

El término Meca podría ser interpretado como apellido de origen hispánico, hipótesis que tendría el aval de dar nombre a unas cuevas, que suelen nombrarse en el lenguaje toponímico con el de su propietario. Y en efecto, Meca aparece en el libro Los apellidos en Canarias de Carlos Platero (1992: 424) como apellido de origen valenciano a la vez que se cita una localidad de Córdoba con el mismo nombre de Meca. Esta interpretación sería válida si esas Cuevas de Meca hubieran sido las que delegaran el nombre a los otros dos accidentes, en este caso a un barranco y una altura destacada de la zona. Pero no suele ser ese el procedimiento general en la toponomástica, sino al contrario: ser el accidente más notorio y principal el que primero recibe el nombre y lo extiende después a los otros accidentes menores de la zona; y en este caso el principal es o el barranco o la cumbre, y las cuevas un accidente muy menor que pudo haber tenido atención toponímica o porque fueran de habitáculo guanche o porque cumplieran después una función referencial en la zona. Y si esta segunda interpretación fuera la correcta, tendríamos de nuevo un término de apariencia hispana pero de origen y etimología guanche, tras un proceso de hispanización.

Mas como en tantos otros casos no tenemos ninguna referencia bibliográfica que avale esta hipótesis ni contamos con el apoyo de paralelos bereberes. Pero sí con el registro de otro topónimo de Fuerteventura con el mismo nombre de Meca citado como guanchismo por parte de Bethencourt Alfonso (1991: 362).