Aguatabar / Aguatebar / Guatabara
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https://hdl.handle.net/11730/guatc/119
Topónimo de La Palma que designa una extensa zona en ladera del municipio de Tijarafe, de orografía muy compleja situada entre los Barrancos de Tijarafe y Cueva Grande. Modernamente se ha constituido una población que recibe el mismo nombre de Aguatabar (GAC 28 C2). Alvar recogió este topónimo con la forma Aguatebar y así lo transcribe en sus fichas de campo: [agwatebá:r].
Una buena descripción antigua del lugar es la que aparece en el Diccionario de Madoz, aunque con el equivocado nombre de Aguatar: "Pago de la isla de La Palma..., situado al O. de la isla, entre los escarpados cerros que forman la montaña del Time, donde se esperimenta (sic) un aire sumamente destemplado, tanto en invierno como en verano; es uno de los barrios que constituyen el ayunt. y felig. de Tijarafe..." (1986: 39). Pero más antigua descripción del lugar -la más antigua que conocemos- es la que ofrece Gaspar Frutuoso en el último tercio del siglo XVI, tan precisa y circunstanciada que no sabríamos decir cómo la hizo si no fuera después de haber visto el lugar personalmente, a no ser que dispusiera de una narración escrita con esas características de precisión y circunstancia que se manifiestan en la descripción que hace de todas las islas, y especialmente de La Palma y de El Hierro1. Describiendo la parte del Oeste de La Palma, después de Tinisara, dice:
Luego se entra en Agua Tuvar, que debiera llamarse tierra de pan, pues da ciento por uno en años de lluvia; aquí está la iglesia de Nª Sª de Candelaria, parroquia de tres términos: Agua Tubar, Tinizara y Tijarafe, que cojen dos leguas de tierra y serán entre todos 80 vecinos. Está también el barranco de Buen Jesús con su ermita; no hay viñas, ni frutas ni fuentes, y así Agua Tubar mejor se llamaría Agua Tomar, pues la toman de la lluvia que se recoge en aljibes de lajas de que beben y hacen tanques para el ganado (1964: 130).
Pero la primera cita de este término no está en un documento de La Palma, sino de Tenerife, aunque con referencia a La Palma: entre las primitivas datas de repartimiento de tierras; en una de ellas de 1518 se nombra Aguatabara en el "término de Texerafe" (Datas: doc. 1.484), tan cercana en todo, incluso en la b de la escritura actual. Como Aguatavar aparece escrito en el interior del mapa de Torriani (1978: 223). Como Aguatar lo nombra el Obispo Dávila en la memoria de su recorrido por las islas, diciendo que pertenece a la parroquia de Tijarafe y que tenía entonces, en la segunda mitad del siglo XVIII, 47 vecinos (cit. Riviere 1997: 215). Y como Aguatar lo escribe también Viera (1982: II, 401).
Nosotros creemos que debe escribirse tal como lo hacemos en la entrada de este artículo, con b, y no con v como aparece en el GAC y en multitud de registros, incluso en los letreros de carretera, por las razones que damos en la introducción sobre la escritura de b/v de los nombres guanches. Además, la escritura con b está también garantizada en la documentación antigua de este topónimo. Respecto a la variante Guatabara, plenamente vigente en la tradición oral, se explica por la aféresis del elemento morfemático a- del guanche, de manera paralela a como ocurre en otros topónimos de las Islas: Aguadeún y Guadeún en La Gomera, Aguadara y Guadara en El Hierro, Aganada y Ganada en Lanzarote, Agando en La Gomera y Gando en Gran Canaria, etc.
Este topónimo plantea un problema de identificación si para ello nos basásemos solo en las fuentes historiográficas primitivas de Canarias. En efecto, según Torriani (1978: 225) y Abreu Galindo (1977: 268), Atabara fue uno de los "capitanes" que gobernaban la isla de La Palma al comienzo de la conquista castellana. Abreu añade además que este Atabara o Atavara era el señor de Tenagua, "donde al presente dicen Puntallana" (ibíd.: 278). Lo que, de ser así, no habría relación entre el antropónimo Atabara rey de Tenagua (hoy Puntallana) y el topónimo Aguatabar, pues están en ambos lados opuestos de la isla, Puntallana al este y Aguatabar al oeste. Álvarez Delgado (1979: 27), fiel a su creencia de que no hay relación directa entre antropónimos y topónimos guanches, así lo cree también en este caso concreto, pero nosotros sí creemos en esa relación, aunque no sepamos como salvar las dificultades del texto de Abreu.
Y lo cierto es que la historiografía y la filología canaria dedicadas a los nombres guanches no solo los han puesto en relación, sino que generalmente los han confundido, como puede comprobarse con la simple consulta de los Monumenta de Wölfel (1996: 881): hasta con 14 grafías diferentes se han escrito estos dos nombres, y curiosamente ninguna con la forma exacta con que hoy escribimos el topónimo. Esta colección de nombres variantes que hace Wölfel pone de manifiesto una vez más los erráticos pasos con los que han andado escritos los nombres guanches. Y respecto al supuesto de que se tratara de nombres distintos, el propio Wölfel asegura: "No nos cabe duda de que el nombre propio [el antropónimo] y el topónimo son idénticos", aportando además varios paralelos bereberes con quienes cree estar emparentado el nombre palmero: itbir y tedebberat 'paloma', titabiri 'perdiz' y tattbara 'palomo'.
Es lógico que un topónimo que empieza por el componente agua- sea analizado, por etimología popular, desde la palabra agua del español, así lo hace Frutuoso, que unas veces escribe Agua Tavar y otras Agua Tuvar o Tubar, marcando con la separación en la escritura esta interpretación, si bien otras Agatavar (1964: 110). Así lo hizo también el franciscano andaluz Diego de Guadix, contemporáneo de Frutuoso, y autor del primer diccionario de arabismos españoles, aunque el español sí estuvo en las Islas y recogió el topónimo de La Palma con su verdadero nombre de Aguatabar (2005: 197), aunque para explicar su etimología recurriera al árabe al-gued-berr, que significa -dice- 'el río del campo' o 'el río del desierto', tal como hizo con un buen número de topónimos guanches que los creyó plenamente árabes. Pero es lo más lógico pensar que en su origen este topónimo pudiera andar alrededor de una forma como [watabár], como supone también Ballester (2014: 60).
No sabemos si el topónimo palmero tendrá algo que ver con la palabra tabaraste que nosotros hemos recogido de la tradición oral de La Palma como de una hierba espontánea "que se usaba para potajes" -nos dijeron-, parecida a la que en otras islas son los jaramagos. La palabra tabaraste fue recogida también por Bethencourt Alfonso como guanchismo común en Fuerteventura con la descripción de "planta herbácea utilizada como verdura u hortaliza" (1991: 265).
Como curiosidad importante hay que añadir que Bethencourt Alfonso (1991: 399) cita un antiguo Aguatavara en Tenerife, procedente de la documentación de una Data y descrito por él como "región hacia la cumbre de Candelaria, no lejos de Arafo", hoy desaparecido o desconocido.
1 Es tema debatido este de si Gaspar Frutuoso estuvo o no estuvo personalmente en nuestras Islas Canarias, por la precisión de muchas de sus descripciones geográficas, y especialmente, como decimos, de las islas de La Palma y El Hierro. Los datos históricos que se contienen en su obra, algunos de ellos únicos en la bibliografía canaria, así como las interpretaciones que de ellos hace el cura de Azores pueden proceder de una buena fuente informativa, bien fuera escrita u oral, pero las descripciones del paisaje y de los lugares citados son asombrosamente exactas. Para algunos autores, entre los que nos encontramos, resultaría imposible tal precisión de no haber visto personalmente esa geografía; pero según otros autores, como Lobo Cabrera (1997a: 295-313), Frutuoso nunca estuvo en nuestro archipiélago canario.
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