Ajey
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https://hdl.handle.net/11730/guatc/166
Prácticamente, el nombre de Ajey desapareció de la toponimia lanzaroteña: su pervivencia se debe más bien a que una agrupación folclórica de San Bartolomé lo adoptó para sí, aunque si así fue es porque el tal nombre debió quedar "sonando" en la tradición. El hecho es que en los últimos años se ha querido reconstruir el pasado haciendo un referéndum municipal proponiendo para el pueblo el nuevo nombre de San Bartolomé de Ajey, juntando la denominación moderna con la supuesta antigua del mismo lugar, propuesta que no prosperó pero que no ha desaparecido de la ilusión de muchos habitantes del lugar e incluso de muchos lanzaroteños que sienten inclinación por los nombres primitivos que tuvo la isla.
El nombre de Ajey no lo hemos registrado escrito en ninguna documentación antigua ni cartográfica, con la excepción hipotética del mapa de Torriani, pero aquí solo con la condición de que identifiquemos como Ajey la escritura que allí aparece como Teguei, estando incluso muy desplazado de su verdadera ubicación. Y sin embargo, esta es la interpretación que hace Pallarés publicada en el semanario local Lancelot. De la misma manera que lo hizo Wölfel (1996: 761) a partir de la interpretación de Álvarez Rixo, quien dijo: "Algunos nombres de los aborígenes se van perdiendo, sustituyéndoseles otros castellanos por distintas casualidades... Al de Agéy, pueblo de la isla de Lanzarote, San Bartolomé, por haberse edificado allí una ermita a la advocación de dicho santo" (1991: 32).
Puede que el poblado actual de San Bartolomé de Lanzarote y su denominación surgieran a partir de una ermita dedicada al santo, y esto debió ocurrir entre finales del siglo XVI y principios del XVII, pues el nombre de San Bartolomé aparece ya como "localidad" en las Constituciones Sinodales dispuestas por el obispo de Canarias en 1629. Pero que San Bartolomé viniera a sustituir al antiguo poblado guanche de Ajey, como algunos dicen, es menos constatable, pues entre la desaparición de Ajey (si es que, en efecto, fue poblado guanche) y el nacimiento de San Bartolomé debieron de pasar, al menos, dos siglos. No hubo, por tanto, sustitución toponímica en este caso. Y hasta se dice que pueblos asentados desde antiguo en esta zona, como Fiquinineo (hoy Fiquineo) y Ajey, fueron paulatinamente abandonados por causa de las tormentas de arena que se forman en esa lengua de jable que atraviesa la isla de mar a mar, desde Famara hasta Guasimeta, hasta desaparecer del todo.
La primera mención al nombre de Ajey es, como decimos, la que aparece en el mapa de la isla de Lanzarote de Leonardo Torriani, aunque esta es problemática. La primera edición que hizo Cioranescu en castellano de la Descripción de Torriani (1978) reproduce de manera muy borrosa los mapas de las islas. La edición que en 1999 hizo el Cabildo de Tenerife, a cargo también de Cioranescu, mejora mucho la calidad de reproducción de los mapas, pero aun así quedan sin poder leerse bien algunos nombres, entre ellos uno que parece decir Teguei o Tejuei (situado entre Iaiza y Güime) y que se ha interpretado como Ajey. Así lo hace también Wölfel (1996: 761), el primer editor absoluto de la obra de Torriani, pero que no aporta ninguna explicación etimológica desde el bereber.
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