Nombre de un pequeño pago de La Gomera, situado en el sector oriental del barranco de Benchijigua, municipio de San Sebastián de La Gomera, que da subsidiariamente nombre a otros topónimos locales, como el llamado Risco de Alarijo, un enorme escarpe rocoso dispuesto a modo de pared en el flanco oriental del valle de Benchijigua.

Perera López (2005: 3.108) hace constar en el estudio de este topónimo gomero que las variantes orales oscilan entre El Alarijo, El Arijo y El Larijo, provocadas todas ellas por el convencionalismo del artículo español, tal cual ocurre en otros muchos topónimos prehispánicos de parecido comienzo, como El Lunchón, El Unchón o Auchón.

La documentación de este topónimo no va más allá del siglo XIX, siendo el estudioso gomero Luis Fernández Pérez (1995: 122-123) el primero en citarlo, seguido de Bethencourt Alfonso (1991: 366). Sobre la escritura del primero lo recoge Wölfel en sus Monumenta (1996: 1056), comparándolo con el topónimo herreño Aguarijo, concluyendo que "en el supuesto de que a-wa- y al- fuesen prefijos, ambas palabras tendrían el mismo radical". Y remite finalmente a un inexistente Cuarrajo "localidad" de Candelaria en Tenerife, a partir de una errónea transcripción de Chil y Naranjo y de Millares Torres (señalado además erróneamente con el epígrafe 594, cuando en realidad es el 549): Guarrajo es el nombre con que hoy se conoce a este pago de Candelaria.