Anaga

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https://hdl.handle.net/11730/guatc/255

Dos lugares de las islas de Tenerife y de Gran Canaria tienen este topónimo, el más nombrado de los cuales es, con mucho, el de Tenerife, por referir un espacio geográfico mucho mayor y siendo además uno de los más señalados de la isla, con una importante presencia en la primitiva historia del Archipiélago.

En efecto, el llamado Macizo de Anaga (también Sierra de Anaga), comprende toda la parte nordeste de la isla de Tenerife, repartiendo su territorio entre los municipio de de SCT y de LAG. Pero son otros muchos topónimos secundarios los que llevan el nombre de Anaga como específico, destacándose de entre ellos la Punta de Anaga que marca el extremo de la isla por su parte nordeste y los Roques de Anaga que como hitos desprendidos de la tierra firme prolongan la superficie de la isla por la parte más al noroeste1.

El Diccionario geográfico de Madoz dice que tiene su origen "en el hermoso valle de los Rodeos..., se extiende hacia el NE dividiéndose en varios ramales, de los cuales uno se dirige al N y penetrando en el Océano forma la punta y rocas de Anaga, y los otros dos, prolongándose al E van a formar el cabo de Anaga y la punta o roquete de Antequera, llamada también Anaga... Los cerros del lado del NE se ven cubiertos de bosques en sus dos vertientes, resaltando en ellos los sitios llamados Las Mercedes y Taganana, que pueden rivalizar con lo más pintoresco que se conoce de este género de vistas" (1986: 41).

Anaga o Naga (como también se nombra en textos antiguos) fue uno de los nueve reinos en que se dividía la isla de Tenerife antes de iniciarse su conquista, según Espinosa (1980: 40-41) y Abreu Galindo (1977: 293), sin que ninguno de los dos acredite el nombre de su rey, pues "se ha perdido la memoria de ellos", como expresamente dice Abreu. Sin embargo, el poeta Viana (1991: I, v. 885) le asigna el nombre de Beneharo, rey que la leyenda ha convertido en el "rey loco de Anaga", al verse invadido en su territorio, sin que para nada le valiera su resistencia, inmolándose al fin, arrojándose desde una de las altas cumbres de su territorio. Tenían su capital "en el bellísimo valle de Taganana", según expresa Bethencourt Alfonso (1994: 104).

Este Reino de Anaga pertenecía a los "bandos de paz"2 cuando se inició la conquista de la isla, y así en un documento del Registro del Sello de enero de 1494 se demanda al pesquisador Francisco López de Salazar por quebrantar "las paces con el bando de Anaga", a pesar de que dichas paces fueron firmadas por el propio pesquisidor un año y medio antes (Aznar Vallejo 1981: doc. 364). Y en este mismo Registro del Sello aparece otro documento del año 1500 en que se reclama a Alonso Fernández de Lugo los ganados y esclavos que arrebató "al que fue rey de Anaga", sin decir el nombre del dicho rey (ibíd.: doc. 496).

Igualmente Anaga siguió teniendo una importancia fundamental en los años primeros tras la conquista de la isla, aunque solo fuera como punto referencial, en un momento en que a los escribanos aún les faltaban nombres para poder marcar bien los límites de los distintos territorios de la isla. Así en un Acuerdo del Cabildo de Tenerife de 25 de julio de 1498, en el que se ordenan los puntos de reunión del ganado se dice que "los que están en todo el término de Anaga se junten para cuando los llamaren en el arroyo que está a la cabeçada de todo el arroyo de Tegueste" (1941: doc. 58). Y en otro Acuerdo de 4 de agosto de 1503 se dice que "Ordenaron e mandaron que todas las ovejas que se apacentaren desde Acentejo fasta la laguna y de Anaga y de Thegueste que vengan todas a se apacentar a Tacoronte e que cada noche fagan majada los pastores y ganados" (ibíd.: doc. 329).

En la cartografía antigua predomina, cuando no es exclusiva, la forma Naga, lo que demuestra un hecho bien conocido: que en cuestión de la toponimia volcada sobre los mapas se copian los unos a los otros. Punta de Naga se lee en el exterior del mapa de Torriani (1978: 173); Pª de Naga en el exterior del mapa de Briçuela (Briçuela y Casola 2000: 55-56); Roques de Naga, Punta de Naga y Roquete de Naga, en el exterior del mapa de Riviere (1997: 74); y Naga en el mapa de P.A. del Castillo (1686/1994: s.p.). Sin embargo, en la bibliografía histórica desde el siglo XVIII se impone el nombre de Anaga. Así, Punta de Anaga se lee en las Constituciones Synodales del Obispo Dávila, y además "pago de Taganana, donde vivió un Rey de los guanches con este título (cit. por Riviere 1997: 71). Y hacia la mitad del siglo XVIII en esa Punta de Anaga, que aquí debemos entender como todos los poblados que había en la Sierra de Anaga, vivían unos 23 vecinos, según Antonio Riviere (1997: 60). Como Anaga se nombra al territorio en el mapa de Quesada, pero a los roques que están en su costa se les denomina Roques de Naga o de Anaga (2007: 168).

Esta duplicidad designativa entre Anaga y Naga, manifiesta las dos formas que son comunes a un gran número de topónimos canarios de origen guanche, el primero con el prefijo a- que marca el género masculino de la voz y el segundo con su pérdida, pero en este caso curiosamente al revés de lo podría esperarse, ya que Anaga, que sería la forma primitiva, es la única que vive en la actualidad, mientras que Naga, que es la forma evolucionada, es la que predomina en los textos antiguos.

Por lo que respecta a la isla de Gran Canaria hay unas Cuevas de Anaga en el municipio de de Moya (al nordeste de Fontanales), sin que podamos decir si es nombre antiguo o moderno, aunque sí es plenamente tradicional (La toponimia de Gran Canaria 1999: II, 65).

Aparte estas dos referencias toponímicas de Tenerife y de Gran Canaria, Leoncio Afonso (1997: 61) dice que se conocen también como Roques de Anaga los roques que hay en la costa de Fuencaliente, en La Palma, y así consta en los mapas militares, aunque anota que esta denominación puede ser moderna, puesta por los marineros en recuerdo de los importantes roques de la sierra de Anaga tinerfeña, y es lo cierto que no aparecen con esta denominación en la toponimia de La Palma recogida por Díaz Alayón (1987b). Además, Perera López (2005: 4.15) ha logrado rescatar de una tradición oral ya casi olvidada de La Gomera el topónimo Roques de Anaga con el que antiguamente se nombraba a los dos roques eminentes del centro de la isla que modernamente se individualizan con los de La Zarcita y de Carmona, en el término municipal de SSG.

Viana pone en su Poema una frase guanche de lamento por la muerte de Tinguaro que empieza: Tanaga Guayoch..., cuya traducción es "el valeroso padre de la patria..." (1991: II, canto XIII, 623-627). El parentesco entre la primera palabra de la frase de Viana y el topónimo Anaga es más que evidente, pudiendo considerarse el mismo étimo, con el prefijo femenino en el primer caso; sin embargo, nada coinciden en el significado. La frase -como apunta María Rosa Alonso, la editora de Viana, en nota a pie de página- pudo haber sido recogida por Viana de la población guanche bilingüe de las zonas de Güímar-Candelaria y Daute, a un siglo de terminada la conquista de la isla, y por tanto estando la lengua ya muy deturpada, pero puede que la frase entera no sea sino un "invento" de Viana, como tantos otros del Poema referidos a la lengua y a la cultura de los aborígenes. De lo que sí se hace eco María Rosa Alonso es del parentesco entre determinadas voces guanches y el vasco, y entre el vasco y el bereber, cosa afirmada por Berthelot, por Wölfel y en este caso concreto por Odón Apráiz, al que después mencionaremos.

Respecto al significado de Anaga, la GEC dice que significa 'valle', pero esta traducción, como todas las que aparecen de los topónimos guanches en esta Enciclopedia carecen por completo de fundamentación. Por su parte, Wölfel (1996: 905), que reúne todas las escrituras con las que aparece citado el topónimo tanto en la bibliografía historiográfica como en la documental, concluye que "la simplicidad de la sucesión de sonidos no permite la búsqueda de paralelos". Más sugerente es el análisis que del topónimo canario hizo Odón Apráiz (1938: 68) desde el vasco. Dice este autor que el sufijo -aga es frecuentísimo en vasco con el significado 'lugar de', y que -ain- (o -an-, como en Isaña) significa 'cima', de donde Anaga, desde el vasco, vendría a significar 'lugar de la cima o cresta', lo que concuerda muy bien con la geografía tinerfeña. Otra interpretación propone Perera López, queriendo hacer coincidir el término anaga con la referencia que en La Gomera y en La Palma tienen unos roques, y llevando el topónimo de Tenerife a la referencia primaria de los roques que también hay en su costa norte, de donde una coincidencia "puede hacernos pensar en que estemos ante un caso de redundancia, donde tanto Roques como Anaga vendrían a significar lo mismo", concluye Perera. Y añade: "De acuerdo con esa hipótesis sugerimos que se tenga en cuenta la siguiente voz del tamazight de Marruecos: (raíz NG) tanga, tangiwin / tinga "endroit escarpé de la forêt couvert d'arbres touffus, fourré = tanière (Taifi 1991: 479)".

Por nuestra parte, podemos decir que el topónimo Anaga constituye uno de los términos que más evidencian el parentesco guanche-bereber, no solo desde el punto de vista de la lengua, sino también desde el estudio comparativo de la geografía así denominada, ya que es un topónimo bastante recurrente en la toponimia bereber. Otra forma paralela, pero que está en estado de anexión nos proporciona ayt unaga, cuyo significado literal sería 'los habitantes de unaga o anaga'. La etimología del término anaga proviene de la preposición nag o nig (variación vocálica según los dialectos) con el valor de 'encima de, por arriba de, dominar'. Con aplicación orográfica designa generalmente una altura o pueblo ubicado en ciertas alturas para el que está situado en lugares bajos. El berberólogo Provotelle propone relacionar esta preposición con el teónimo guanche Hucanech (citado por Viana) y Ahucana (citado por Abreu Galindo) que descompone en u-k-anech, del bereber u-g-nag, con el valor de 'el que está por encima', en oposición a u-g-aday 'lo que está por debajo'. Otros paralelos derivados del radical NG con la acepción de 'correr (agua)', 'chorrear', 'tener un lugar agua corriente o agua proveniente de la lluvia', etc. en el habla ahagar y chelja se dice angui. La presencia de este radical hidronímico puede averiguarse en algunos topónimos tanto antiguos como actuales: En Marruecos: Tingis (actual Tánger), Castellum Tangitanum, Tageneis limes. En Túnez: Tignica (actualmente Ain Tonga 'fuente Tonga'), Inuga, Inuca (actualmente Ras Yonga 'cabo Yonga'), Smingi (actualmente Smindja), Thuburnica (actualmente Ain Tebournok), Djebel Tingja, Djebel Ounga, Oued Enja, Oued Menga, etc. Esta base es también muy productiva en Argelia: Ain Nougue, Oued Endja, Tonga, etc. Por otra parte existe tanto en Argelia como en Túnez el topónimo Bir naga en que se refleja de forma muy clara la forma canaria Anaga.

1 Siempre nos han parecido estos Roques de Anaga en todo semejantes a los Roques de Salmor de la isla de El Hierro, pues además de estar en la misma situación geográfica respecto de su propia isla, geológicamente representan el mismo fenómeno de la fragmentación del territorio insular por efecto de la erosión marina. Incluso en la denominación de cada uno de estos roques, pues cada uno tiene su nombre particular: los de Anaga se distinguen en relación a la distancia de tierra firme: Roque de Anaga de Tierra el más cercano y Roque de Anaga de Fuera el más lejano; los más importantes de Salmor se nombran por el tamaño: Roque Grande y Roque Chico.

2 Estos "bandos de paz" eran cuatro: los de Anaga, Güímar, Abona y Adexe; frente a los "bandos de guerra" que eran los del norte de la isla.

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ISLA   TENERIFE, GRAN CANARIA


MUNICIPIO    Moya, Santa Cruz de Tenerife


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