Arafo
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https://hdl.handle.net/11730/guatc/298
Nombre de un importante pueblo del Sureste de Tenerife, convertido a su vez en municipio de la isla.
Siendo como es un término de origen guanche tiene la extraña (y acertada) condición de que siempre se ha escrito igual, sin ninguna grafía que hiciera dudar de como se pronuncia. No consta en ningún documento como población de la época guanche, pero parece lo más probable que lo fuera. Aparece el término de Arafo en el Poema de Viana (1991: canto XIV, v. 572), pero no como topónimo sino como el nombre de un capitán de Bencomo, muerto por Lugo en la batalla de la Victoria. Y Bethencourt Alfonso afirma que es tradición que existió otro individuo de este mismo nombre del reino de Güímar "famoso por la velocidad y resistencia en la carrera" (1991: 340). El hecho de bautizar a los héroes de la resistencia guanche a partir de topónimos preexistentes en la isla es práctica muy seguida por Viana, como se sabe y hemos estudiado (Trapero 2008). Y es lo más probable que de Viana lo copiara el historiador dieciochesco Quesada Chaves (2007: 232). Pero, en contra de esta "licencia poética", nos parece más conforme con las leyes toponomásticas el que sea la toponimia la que dé el nombre al antropónimo que no al revés.
Fuera de estas citas literarias, la primera documentación del topónimo lo es ya en época hispana, en una data del Adelantado Lugo de 1504 en que se dice: "en el pago de Guymar en Arafo que lindan con un bco. que se llama Añavingo" (Datas: doc. 1.251). Aparece también en el diccionario árabe-español del franciscano Diego de Guadix, a finales del siglo XVI, bien escrito como topónimo, pero mal interpretado como arabismo, al igual que hace con el resto de los topónimos de Canarias que aparecen en su diccionario. De Arafo dice el de Guadix que procede del árabe adrafu y que significa 'entendieron' o 'entendido' (2005: 327); a no tener en cuenta.
La ausencia de Arafo en los mapas de Torriani, de finales del XVI, y de Briçuela y Casola, de la primera mitad del XVII, puede ser consecuencia de lo minúscula que fuera todavía la población. Es a partir del siglo XVIII cuando aparece ya de manera sistemática en todos los registros de poblaciones de Canarias, empezando por las Constituciones Synodales del Obispo Dávila en que constan todos los pueblos y "pagos" en que estaban organizadas las parroquias de Canarias; entonces Arafo era "un pago de Candelaria" que, según Antonio Riviere (1997: 62), hacia 1740, contaba con 88 vecinos, lo que no parece poco para la época y en comparación con otros lugares de la isla. Sin embargo, en los años finales del XVIII pasó a depender de Güímar, según constata Viera y Clavijo en su Historia (1982: II, 416). Finalmente, Pascual Madoz, a mitad del siglo XIX, concede a Arafo dos entradas en su Diccionario geográfico, una como "pago" y otra como "lugar" del que da una mínima descripción: "Confina por el N con las montañas de las Cañadas, por E con el mar, por S con el de Güímar, por el O con las montañas centrales" (1986: 42).
No es muy afortunada la cita que Wölfel concede a Arafo en sus Monumenta (1996: 930-931) respecto del paralelismo que le otorga con otros dos topónimos canarios: Arofa de El Hierro y Tarafe de Tenerife, pues el primero es clara errata por Asofa y el segundo o no existió como tal o ha desaparecido; pero ofrece varios paralelos bereberes para una posible interpretación del Arafo tinerfeño: ruffet 'romper menudo'; araffu (sin especificar en Ah. Fouc.), -tirâf 'cadena de montañas' en Ah. Fouc.; tireft / tiraf 'barrera de riego' en Laoust MCh.; y otros menos probables. Otro autor canario, Francisco-Pablo de Luca (2004: 21 y 198) coincide básicamente con la primera interpretación de Wölfel y dice que Arafo deriva del sustantivo tahaggart araffu 'hecho de romper menudo o a pedacitos', registrado por De Foucauld (1951: IV, 1584), y que haría referencia a los suelos de malpaíses y escorias característicos del lugar procedentes de las erupciones volcánicas.
También el topónimo Arafo ha pretendido ser analizado desde el vasco, desde los componentes léxicos ara 'pequeño llano' y afo (variante de abo) 'bahía'; por tanto con el significado 'el llano de la bahía' (Apráiz 1938: 70).
Finalmente, nuestro colaborador Abrahan Loutf cree que este topónimo es un fiel representante del modelo ar-, como elemento morfológico con el valor adverbial locativo de 'lugar de', mientras que el elemento léxico afo, podría relacionarse con la raíz monosilábica bereber F con el valor de 'luz', que generalmente se aplica a los lugares altos situados al naciente o expuestos a cualquier luz producida por algún efecto natural o artificial; esta raíz panbereber podría estar presente en otros topónimos canarios, como Timanfaya y Mafasca.
Con incertidumbre consideramos lo que Bethencourt Alfonso dice de Arafo, pues trata de esta voz en la parte de su vocabulario guanche de significado conocido dando para ella la siguiente explicación: "Convento de Arafo o El conventito, más conocido por el Lomo del convento o de Clara García, Arafo" (1991: 237), dando a entender que el termino Arafo significó en su origen 'templo', 'monasterio' o 'convento', en cualquier caso lugar sagrado de los aborígenes.
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