Arjel

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https://hdl.handle.net/11730/guatc/370

La presencia de un término como este en la toponimia de Canarias, sea cual sea la isla en que esté, hace dudar de entrada sobre la condición que tenga de topónimo autóctono, y nos inclina a pensar en una implantación desde el exterior. El caso de este Arjel de Tenerife es paralelo al de Tunes (escrito generalmente Túnez por influjo del país norteafricano), Guinea o Talabera (escrito también generalmente con v por influjo del pueblo peninsular), entre otros. También el topónimo Arjel en los pocos registros en los que aparece lo hace como Argel imitando la escritura del país norteafricano, pero si hemos de ser consecuentes con los criterios ortográficos establecidos en la introducción de este diccionario para los nombres guanches, y creemos que este lo es, debemos escribirlo con j que representa mejor, y de manera inequívoca, su verdadera pronunciación, de la misma manera que escribimos Chijel, Chijelá, Chijeré,Chijinique o Torojel.

La aplicación de este nombre de Arjel a una playa del Sur de Tenerife situada en la parte más oriental del Acantilado de los Gigantes, municipio de Santiago del Teide, al lado ahora de una moderna urbanización turística, la de Los Gigantes, puede inclinar a pensar que ese topónimo es, además de importado, de implantación moderna, pero no lo es. El topónimo canario Arjel es citado por el Padre Sosa en el último tercio del siglo XVII, al lado de otros nombres africanos con el siguiente comentario: "Y asi en una parte y en otra [Canarias y Berbería] ai pueblos y lugares que se assimilan en los nombres como es Telde, Tafira, Argel y Sale, y otros que también ai en la Berbería" (1994: 41). Además, el nombre de Arjel no lo recibe la playa en primer lugar, sino que es consecuencia por extensión de otro Arjel situado en el interior, al final de la cordillera entre Valle Santiago y Masca, según precisa Bethencourt Alfonso en su Historia del pueblo guanche (1991: 405), quien no duda en calificar el topónimo como un guanchismo. Este topónimo del interior, con el solo nombre de Arjel es nombrado también en el libro que Pérez Carballo dedicó al Macizo de Teno (1999: 211) recorriendo su territorio y anotando sus topónimos tal cual los pronunciaban las gentes del lugar. Y aparece también en el GAC (119 E4), aquí tanto el Arjel del interior como la Playa de Arjel, aunque escrito en todos ellos con g, como dijimos. ¿Qué motivación puede haber para nombrar con el solo nombre de Arjel un punto de uno de los territorios más escabrosos de la atormentada geografía del Macizo de Teno, al margen de todo tipo de poblamiento, desde el nombre de un país o de la ciudad de un país del Norte de África con el que Canarias no ha tenido relación en épocas de la Edad Moderna?

Ningún autor cita este término en la bibliografía sobre el guanche, salvo el mencionado Bethencourt Alfonso, pero porque o no conocieron el topónimo o dieron por sentado que reproducía el nombre del país norteafricano, como ocurre también con Tunes. Pero nada tiene de extraño que estos nombres, Arjel y Tunes, además de otros, sean topónimos autóctonos de Canarias; nombres son, al fin, que deben de pertenecen al sustrato más antiguo del bereber, como se supone que lo es la lengua guanche, y que fueran traídos a las islas en el momento inicial de su poblamiento por las mismas gentes que trajeron la lengua entera. La coincidencia, por tanto, de nombres de las islas (sobre todo topónimos) con otros del continente africano nada tiene de extraño, al contrario, es de lo más lógico y natural, como dijo desde el primer momento Abreu Galindo (1977: 31-32) al deducir que la lengua de los antiguos isleños debía proceder de África puesto que había nombres que se repetían casi por igual en las islas y en el continente, como eran Telde y Tegaste, el pueblo este último en que fue enterrado el cuerpo de San Agustín. A estos dos podríamos añadir una larga lista, como estamos viendo en este diccionario, y más de las regiones de los países ribereños del Mediterráneo que de las regiones atlánticas cercanas a Canarias1. Y específicamente el nombre de Arjel como topónimo canario lo cita el Padre Sosa, en el último tercio del siglo XVII, justamente en su comparación con el topónimo africano, como hemos dicho antes.

El topónimo Arjel de Tenerife puede explicarse morfológicamente desde el bereber sobre el modelo del masculino singular a-rgel o sobre el modelo prepositivo ar-gel, aunque no sepamos qué interpretación darle desde el punto de vista del contenido. Dos topónimos canarios de origen guanche pueden ponerse como próximos: Chirijel de Tenerife y Torojel de El Hierro,

1 A este respecto fueron muy ilustrativos los viajes que hicimos en los años finales de la década de 1990 a Túnez y al interior de Marruecos en busca de las huellas bereberes. Los topónimos de origen bereber que logramos reunir en Túnez tienen un paralelismo con los topónimos guanches de Canarias mucho mayor que los que logramos reunir de la zona del Atlas marroquí interior a Marraquech. Nombres como Tamásera, Tamarsa, Toser, Tuyán, Medenín, Tataguín, Tagaste, Útica, Tabarca, etc., todos ellos de Túnez, y transcritos aquí con la ortografía del español según las pronunciaciones que oímos a nuestros guías nativos, pueden ponerse en paralelo inmediato con otros tantos topónimos canarios.

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ISLA   TENERIFE


MUNICIPIO    Santiago del Teide


TOPÓNIMO VIVO, SIGNIFICADO DESCONOCIDO

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