Asno

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https://hdl.handle.net/11730/guatc/427

Aparece este nombre en varios topónimos de las islas de Gran Canaria, Tenerife, La Gomera y Fuerteventura, y con referencia a lugares y accidentes orográficos que hacen muy improbable su relación con el término asno del español, tanto sea en su más inmediata equivalencia a burro como a los diversos sentidos con que esa palabra se usa en el español. Esa improbable procedencia española del término asno en la toponimia de Canarias tiene dos argumentos en que apoyarse: primero, que el término asno no es voz común en el español actual de Canarias y por tanto sería del todo impropia para imponerla en la toponimia, aunque no sabemos si fue usual en tiempos pretéritos; y segundo, que los topónimos en que aparece refieren accidentes tales como barrancos, morros, montañetas, riscos y degolladas, todos ellos ajenos o al menos improcedentes a la presencia de asnos que pudieran haber sido el motivo de esos topónimos, aparte otros accidentes más fácilmente asimilables a este animal, como charcos, fuentes o corrales, pero que en todos estos casos reciben el nombre de Asno del accidente del que son tributarios, como es un barranco o una degollada.

No descartamos que alguno de los topónimos que llevan este nombre tenga efectivamente la motivación de la voz española, y especialmente los nombrados como Matasnos, que encontramos en las islas de Tenerife y de Gran Canaria, como resultado de la composición matar + asnos, por aplicación metafórica a una cuesta muy pendiente, y en analogía a otras fórmulas toponímicas de Canarias, como Mataburros, Matacán, Matalombre, Matamoros o Mataviejas, que estudiamos en nuestro Diccionario de toponimia canaria (1999a: 281-282). En Gran Canaria hay un Lomo Mataasnos en el municipio de Vega de San Mateo, entre las poblaciones de La Lechuza y Las Lagunetas (La toponimia de Gran Canaria: II, 206). Y en Tenerife son tres los topónimos que lo tienen, en los municipio de de ARI, ORO y SCT, este último en el Macizo de Anaga, por encima de la charca o presa de Taodio (Pérez Carballo 2011: 46 E3, 32 F1 y 7 B2, respectivamente). No es improbable que algunos de los topónimos caracterizados por este término lo sean por una variación fonética de la palabra arno, pues la alternancia s/r es muy frecuente en las hablas populares canarias, y de hecho el DDECan registra precisamente la alternancia asno / arno en La Palma. El término arno lo encontramos en la toponimia de El Hierro, Roque de los Arnos, en la parte de la meseta de Jinama, al oeste del pueblo de San Andrés (Trapero et alii 1997: 194), y aunque es voz que no aparece en el DLE, es forma apocopada de arnero, o sea, una vasija en forma cóncava, de donde toma el nombre el roque herreño por tener en su parte alta pequeños hoyos que almacenan el agua de lluvia.

Los topónimos que llevan el nombre específico de Asno son los siguientes:

En Gran Canaria, lo tiene un largo barranco del municipio de La Aldea de San Nicolás que se inicia en la parte alta de la Degollada de Tasartico y que acaba en la costa del Oeste de la isla, dando su nombre también a la playa que allí se forma y a la punta norte de la desembocadura del barranco (La toponimia de Gran Canaria 1997: II, 72, y GAC 186 B3).

En Tenerife son tres los topónimos, pertenecientes a accidentes geográficos independientes del Sur de la isla. El GAC (137 H1) cartografía un Charco del Asno al norte del pueblo de San Isidro, municipio de Granadilla de Abona, y el corpus de barrancos de Tenerife da cuenta de otros dos: un Barranco Charco el Asno en la parte alta del municipio de Arico en su límite con el de FAS (Pérez Carballo 2011: 47 C5) y un Barranco Fuente el Asno, que es un tramo del Barranco de Guama o de Guasiegre situado en la parte sur del municipio de Arico, entre las poblaciones de Lomo de Arico y El Río (ibíd.: 60 F2).

En La Gomera son seis los topónimos recogidos modernamente por Perera López (2005: 4.89 a 4.94) con los nombres alternantes de Asno / Arno, y tanto en singular, como en plural, en lugares muy diferentes de la isla (municipio de de VAH, HER, ALA y SSG), y designando accidentes tales como una degollada, un paso, una cañada, una chapa o un charco. Aclara Perera que ninguno de sus informantes sabía lo que era un *arno y que por eso la mayoría pronunciaba la palabra asno.

En Fuerteventura son más topónimos y en más lugares, si bien como los tomamos de fuentes distintas no sabemos muy bien si son registros repetidos o independientes. En el municipio de La Oliva hay tres: una Degollada de Asno, situada en la zona de Mascona, al nordeste del pueblo de Lajares; un Corral de Asno, al este del pueblo de El Roque; y un Corral de Asno en Mascona, al nordeste de Lajares. El primero de ellos aparece registrado tanto en las fichas de campo de Alvar como en la Toponimia del Cabildo de esta isla, los otros dos solo en este segundo registro (2003: IV, 22-23). Tanto el segundo como el tercer topónimo, al nombrar un corral, bien podría entenderse que la referencia fuera al animal, sin embargo, llamamos la atención de la forma singular en que aparece Asno y la ausencia del artículo, lo que es una manera muy anómala de nombrar en caso de que se tratara de un apelativo de significado conocido; y además el tercero lleva el nombre como tributario de la Degollada de Asno, que es el topónimo principal de la zona.

Más aún en Fuerteventura. En el municipio de Puerto del Rosario hay un Morro los Asnos en el margen derecho del Barranco de Río Cabras, cerca ya de su desembocadura (GAC 223 E6). En el municipio de Tuineje hay cuatro: una Montañeta de los Asnos registrada por Alvar; un Morrete los Asnos con que termina en su parte sur la Montaña de Adrián, al oeste de Tiscamanita, unos Morretes los Asnos, al suroeste de Tuineje, y un Corral de los Asnos en el Malpaís Grande, al sureste de Tuineje, todos ellos registrados en la Toponimia del Cabildo de esa isla (2004: V, 29). Y en el municipio de Antigua hay dos: un Morro de los Asnos y un Risco de los Asnos, este al noroeste de Pozo Negro, el primero registrado por Alvar y los dos en la Toponimia del Cabildo (2000: II, 29).

Aparte las referencias orográficas de estos topónimos, tan impropias para la presencia de los asnos, llamamos la atención sobre la formulación con que aparece la palabra Asno en la mayoría de ellos, en singular y sin artículo, realmente anómala en caso de que esos topónimos estuvieran motivados por la presencia del animal. Y en el caso concreto de los plurales precedidos del artículo de los topónimos de Fuerteventura, bien pudiera ser que fueran una solución guiada por la etimología popular, pues los accidentes a los que nombran siguen siendo tan impropios de la presencia de los asnos como los de Gran Canaria y Tenerife.

En el caso de Fuerteventura contamos con un texto histórico que parece contradecir nuestra interpretación. Dice Abreu Galindo que en esa isla había "grandísimo número de asnos salvajes. En el año de 1591 se mandó hacer una mortería (sic), por el mucho daño que hacían en la tierra, con mucho lebreles, y con mucha gente de a caballo, y la tierra apellidada; y mataron más de mil y quinientos asnos, que fueron manjar de cuervos y guirres, de que hay mucha abundancia en estas islas" (1977: 60). Así que los topónimos formulados en plural y con artículo de esta isla bien podrían responder a la presencia de estos animales, según el testimonio de Abreu.

Ante esta realidad tan variopinta, tres son las alternativas etimológicas que se nos ocurren para una consideración global de estos topónimos: primera, la del nombre español del animal asno; segunda, la derivación por etimología popular de la palabra, también española, arno, que no aparece en el diccionario académico pero que existe en el español dialectal como forma apocopada de arnero, y esta como mueble con baldas con huecos redondeados donde se colocaban vasijas cóncavas, de donde arno, en el lenguaje toponímico, puede referenciar charcos o pequeños depósitos de agua en los lechos rocosos, y eso es precisamente lo que hay en el Roque de los Arnos de El Hierro; y tercera, que asno / arno sea de origen prehispánico. Es casi seguro que no todos los topónimos aquí contemplados respondan unánimamente a una misma motivación, y que lo más probable es que cada uno de ellos (o un grupo de ellos) responda a motivos diferentes.

No tenemos argumentos sólidos para defender la hipótesis etimologista guanche de asno, pero no la descartamos. El topónimo canario de origen guanche más cercano a este término es Banasno o Banasnos, que estudiamos en su entrada correspondiente y a donde remitimos. Pero otros topónimos hay en la documentación antigua, hoy desaparecidos, que pueden apoyar también la pertenencia del segmento léxico asno a la onomástica guanche. Por ejemplo, entre las Datas primitivas de Tenerife se nombra varias veces una montaña llamada Atamasno en el término de Icod (Datas: doc. 1.278 y 1.444) y un barranco de nombre Chasno en el término de Abona (ibíd.: doc. 1.441). Perera López (2001: 4.95) piensa precisamente en la procedencia indígena de la voz asno / arno a partir de varias voces bereberes recogidas en diccionarios varios que muestran cierto paralelismo tanto en la expresión como en el contenido, entre ellas: anu 'pozo' y el diminutivo tagnut 'pozo pequeño'.

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ISLA   TENERIFE, GRAN CANARIA, FUERTEVENTURA


MUNICIPIO    Granadilla de Abona, La Oliva, Pájara, La Aldea de San Nicolás


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