Belmaco
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https://hdl.handle.net/11730/guatc/533
Topónimo de La Palma en la zona de Malpaíses, municipio de Mazo, que tiene por referencia, primero, una zona en declive cercana al mar, incluso con algún accidente costero; en segundo lugar, un barranco que pasa por la zona; y en tercer lugar una muy famosa cueva (GAC 41 G4).
De todos ellos, el que ha dado fama al término es, sin duda, la Cueva de Belmaco, por tener, además de otros restos arqueológicos, los más importantes grabados rupestres de La Palma, descubiertos en 1752. Que la cueva fue habitáculo de los guanches palmeros no cabe la menor duda, pues ofrece unas condiciones excepcionales de habitabilidad, tanto por su amplitud como por la orientación que tiene, como siguió siendo utilizada en tiempos ya hispanos hasta la mitad del siglo XX por los agricultores de la zona. Y sin embargo no es nombrada en la historiografía más antigua de la isla. Pervive, sí, en la tradición oral la leyenda de que esa cueva fue la residencia de los príncipes guanches de Tedote o de Tigalate. El primero que repara en ella es Viera y Clavijo, haciéndose eco de las inscripciones descubiertas unos pocos años antes de publicar su Historia de Canarias. Sus comentarios sobre aquellos grabados manifiestan el interés que de inmediato despertó su descubrimiento a la vez que el escepticismo que provocó su estudio. Dice Viera:
Se había creído que ciertos caracteres que se divisan, a modo de inscripción sobre una lápida de la bella cueva del barranco de Belmaco, en la isla de la Palma (habitación del príncipe de Tedote), ofrecían un monumento nada equívoco de [que] aquellos naturales poseían algún conocimiento del arte de escribir, pero una persona cortada que examinó prolijamente los referidos caracteres, grabados, no en una lápida movible, sino en un peñasco firme, cortado en forma de sepulcro, depone que a la verdad no parecen sino unos puros garabatos, juegos de la casualidad o la fantasía de los antiguos bárbaros (1982: I, 156).
Y vuelve Viera a ocuparse de la Cueva de Belmaco en su Diccionario de historia natural para describirla diciendo que "está muy bien hecha, y es capaz de alojar cuatro yuntas de bueyes" (2014: I, 506).
Naturalmente después de la noticia de Viera, el término fue citado por todos los autores posteriores que trataron sobre los guanchismos, citas reunidas por Wölfel (1996: 890-891), pero sin ningún comentario sobre la naturaleza y posible significado del término. Álvarez Delgado (1979: 15) añade que el nombre de la cueva ha servido para inventar una leyenda de un rey guanche llamado Belmado. Por su parte, Reyes García (2003a: 122) propone para este topónimo la etimología b_elmakku con el significado 'gran hundimiento', que vendría a describir lo que en la realidad aparenta ser la cueva. Finalmente, nuestro colaborador Abrahan Louth cree que detrás de Belmaco puede esconderse la forma amllaku del chelja, con el valor de 'tierra arenosa'.
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