Buche
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https://hdl.handle.net/11730/guatc/682
Con el solo nombre de Buche se cartografía un pequeño barranco en un mapa de la Toponimia de los barrancos de Tenerife (Pérez Carballo 2011: 63 C3), situado al este de pueblo de Adeje y perteneciente a su municipio.
Descartamos que tras este topónimo esté la voz buche del español general; tampoco el portuguesismo buche del español de Canarias referido al estómago de los peces, pues es topónimo de interior. Pero tampoco aparece en ninguna de las listas de guanchismos, por lo que resulta ser del todo inédito.
En caso de que, en efecto, sea un término procedente de la lengua de los aborígenes canarios, podría relacionarse con la voz tarambuche que Bethencourt Alfonso cita en varios puntos su Historia del pueblo guanche como uno de los alimentos a los que tan aficionados eran los guanches, hasta el punto de que, de entre los "bulbos, tubérculos y raíces", los tarambuches eran los preferidos del rey de Daute (1994: 235). Los tarambuches desempeñaban para los guanches "el mismo papel que las patatas y batatas para nosotros" dice Bethencourt (1994: 434), porque asados -dice en otro lugar- "recuerda el gusto de la patata". También asegura que la voz la recogió personalmente de la tradición oral de Tenerife y de La Gomera (1991: 265). Pero una voz como esa, tan compleja desde el punto de vista fonético, no podía tener una única forma; y así él mismo dice que en La Palma se nombraba tinambuche. Esta diversidad nominativa queda plenamente demostrada en la tradición oral actual de La Gomera, según la moderna investigación que ha hecho Perera López (2005: 22.204), para cuya especie vegetal ha recogido los nombres de tambaruchera, tambaruche, tamaruche y tarambuche, entre otros muchos, y dice que se corresponden con la planta conocida científicamente como Tamus edulis (familia Dioscoreaceae), un tubérculo que puede alcanzar medio metro de longitud, lo cual coincide con todo lo que había dicho Bethencourt Alfonso.
De todas estas formas, solo la voz palmera tinambuche es la que aparece en el capítulo correspondiente a las plantas silvestres de los Monumenta de Wölfel (1998: 665-666) sobre una cita primera de Berthelot, reproducida después por otros autores. La interpretación que Wölfel hace de esta voz es conforme a la morfología típica del bereber y de multitud de topónimos guanches. Dice: "Suponemos en la presente palabra la presencia de la construcción -habitual en el bereber, y con frecuencia documentada también en la lengua aborigen- tin- [o] tin-an 'lo del...', con lo que haríamos el análisis: tin-an-buche o tin-ambuche; no obstante, para el segundo elemento no hemos encontrado ningún paralelo que de alguna manera resulte seguro".
En base a esta interpretación del erudito investigador austriaco, nosotros suponemos que el topónimo tinerfeño se habría despojado de los elementos morfológicos iniciales y conservaría solo el elemento léxico buche, que es, por otra parte, el que con mayor regularidad permanece entre las distintas variantes citadas para la planta.
Pero no es solo este topónimo tinerfeño el que contiene ese elemento léxico, otros pueden citarse y justamente en la misma isla de Tenerife: Jabuche o Jabucha y Chabucheso o Chibucheso. No sabemos si otros dos topónimos de La Gomera, Tabuchen 'localidad' y Tabuchon 'regiones en Chipudes y Alajeró', citados por Bethencourt Alfonso (1991: 372), responden a este étimo o están más bien vinculados con el étimo auchón.
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