Chajoco
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https://hdl.handle.net/11730/guatc/841
En dos lugares de El Hierro hemos recogido personalmente este término convertido en topónimo, y en dos lugares extremos de la geografía insular: El Chajoco como un lugar cercano a la costa de la vertiente este, un poco al sur del pueblo de Timijiraque, municipio de Valverde, y Barranco el Chajoco, en la vertiente oeste, en el Valle del Golfo, por encima del pueblo de Tigaday, municipio de Frontera (Trapero et alii 1997: 137 y 120, respectivamente).
Como topónimo es la nuestra la primera documentación del término, pero como apelativo es una voz bien documentada e identificada, y siempre como característica y exclusiva de El Hierro. Todos los que han recogido esta voz en el habla popular herreña (Bethencourt Alfonso1, Armas Ayala, Álvarez Delgado y Barrera Álamo) le han atribuido el sentido de 'huerto pequeño'; también nosotros, aunque quizás sea más ajustada a la realidad la definición que ahora proponemos de "pequeño terreno cultivable en medio de otros pedregosos e incultos".
No todos los que han tratado sobre esta voz están de acuerdo, sin embargo, en cuanto a su origen, aunque la consideración de guanchismo es la tónica general. Fue Rohfls el primero en poner en relación la voz herreña chajoco 'huerto pequeño' con la voz chaboco, recogida por Álvarez Delgado en Lanzarote como 'cavidad natural en la lava para sembrar árboles'. Torres Stinga (1995: 256) confirma la presencia de la voz chabo(s)co en Lanzarote con el sentido descrito por Álvarez Delgado y otro más ajustado de "porción de terreno volcánico incultivable, porque contiene muchas piedras y peñas". Y Morera (1996: 111) amplía la presencia de la voz chaboco a las islas de Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria y Tenerife, además de insistir en su etimología portuguesa. En efecto, la proximidad es evidente, tanto desde el punto de vista fonético como semántico. Por eso los autores del DDECan citan la voz chajoco como propia de El Hierro, pero solo como "probable guanchismo". Pero en su otro y posterior DHECan afirman más taxativamente: "La consideración de guanchismo que defienden algunos autores es discutible, sobre todo si se tiene en cuenta su contigüidad formal con el portuguesismo chaboco, del que podría provenir sin forzar demasiado las explicaciones". A Wölfel no podemos acudir en este caso, pues no registra esta voz en sus Monumenta, por no conocerla personalmente y por no hallarla citada en la documentación histórica que manejó.
La sugerencia de Rohfls y el más fuerte posicionamiento de los autores del DHECan tienen sentido. Nosotros, sin embargo, seguimos creyendo en el étimo guanche de chajoco: la particularidad fonética y semántica de la voz herreña le confieren individualidad. De proceder chajoco del portugués chabouco, ¿por qué hubo de evolucionar en la isla de El Hierro hacia una forma distinta a como lo hizo en las otras islas?, y no solo en su aspecto fonético, sino también en su particular y ajustadísima orientación semántica. No fue la isla de El Hierro destino de una colonización portuguesa declarada, como sí lo fueron las islas de La Palma, Lanzarote y Tenerife. Por el contrario, El Hierro tuvo un muy marcado poblamiento del viejo Reino de León y ha demostrado una particular persistencia de voces guanches desconocidas en el resto del Archipiélago. Además, la morfología de chajoco se ajusta bien a la morfología de otras muchas voces apelativas y topónimos guanches particulares herreños y canarios en general.
Desde el punto de vista meramente fonético, encontramos una multitud de topónimos guanches que guardan relación con la voz herreña. Por ejemplo, en Gran Canaria: Changojo (San Bartolomé de Tirajana) y Chajunco (Artenara); en Tenerife: Chajaco (Candelaria), Chasogo o Chajogo,Chajajo y la misma voz en plural Chajocos (Guía de Isora), Chajugo (risco de Teno) y Chamoco (barranco de Güímar); y en La Palma: Chajáis (Barlovento). Y si recurrimos a las listas toponímicas de Bethencourt Alfonso, la relación de topónimos próximos fonéticamente se amplía (algunos de ellos ya desaparecidos): Chajalete (Fuerteventura: mareta y región de Tetir), Chajaco (en Candelaria y la región de Guía de Isora, Tenerife), Chajaro (región en Candelaria, Tenerife), Chajeche (charcos en San Miguel, Tenerife), Chajeja (fuente, Tenerife), Chajogo (lomos en los altos de Guía de Isora, Tenerife), Chajogua (montaña en Adeje, Tenerife), Chajoigo, Chajoro, Chajugo, etc.
Y aparte de la toponimia, también podemos relacionar fonéticamente la voz herreña chajoco con otras voces guanches que fueron (y algunas siguen siendo) apelativos. Por ejemplo, con chajasco, voz que se usa mucho en los textos canarios de tipo arqueológico con la referencia específica a los tablones que servían de base a los cadáveres guanches, y que aún sigue viva en algunos lugares del Sur de Tenerife (junto a la variante chajaco) para el significado 'cama rústica' o 'camastro improvisado para transportar a un herido'. También con chajorear, voz exclusiva de El Hierro (según atestigua el DDECan), que Barrera Álamo recogió con el sentido de 'tostar ligeramente el grano', y que nosotros hemos recogido con otro sentido distinto: chajorear es estropearse de repente la hierba o el pasto o los cultivos de una huerta por culpa de un mal tiempo (una helada, una ola de calor, etc.); incluso se usa para matar la hierba menuda de un huerto o para quemar el rastrojo de una huerta. Adviértase que este sentido de chajorear está más próximo al significado de 'huerto pequeño' de chajoco.
Desde un punto de vista filológico, y desde la vertiente comparativa con el bereber, en el término chajoco puede advertirse el componente inicial cha- (variante de ta-), femenino singular, más el elemento léxico joco (la vocal final podría ser paragógica desde el español), que no sabemos interpretar desde el bereber, pero que sin embargo puede estar emparentado con otros varios topónimos guanches, tales como Jaca o Jaco, Ajeque, Jaqueta y Jaquita (Tenerife), Tajaque (La Gomera), Jacón y Jacota (La Palma), y los más cercano al nuestro: Chajajo,Chajaco y Chajocos (Tenerife)
1 Bethencourt Alfonso documenta la voz chajoco como apelativo en dos islas: en El Hierro como "el huerto pequeño", y en Tenerife como "el corral pequeño o abrigo" (1991: 251).
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