Los Chejelipes es el nombre de un caserío de La Gomera, situado en la parte alta del Barranco de la Villa o de La Laja, municipio de San Sebastián de La Gomera, en cuyas inmediaciones se ha construido una presa que lleva también el nombre de Chejelipes (GAC 57 H1).

Además de estos dos topónimos, más otros menores de la misma zona, Perera López (1995: 6.42) ha registrado una Degollada de los Chajelipes en las cercanías del pequeño poblado de Los Manantiales, perteneciente a Chipude, municipio de Vallehermoso, este también nombrado con la variante Chejelipes.

Que se trata de un mismo término no cabe la menor duda, pues la alternancia en las vocales átonas en las voces prehispánicas es un fenómeno común. Pero también que la forma del plural español con que ambos topónimos aparecen en la tradición oral, confirmada por ese artículo que siempre les precede, evidencia que fue un apelativo de significado conocido en tiempos en que ya el español estaba instaurado en la isla. Ello hace pensar en un hipotético *chejelipe como voz geomorfológica de La Gomera, de origen guanche, pero que pasó a la lengua de los nuevos pobladores para finalmente quedar como solo topónimo. Sin embargo, la exploración del terreno de los dos lugares que en La Gomera llevan el nombre de Los Chejelipes hecha por Perera López le lleva a la conclusión de que un mismo accidente los caracteriza: la presencia abundante de materiales sedimentarios gruesos y finos, pulidos por la erosión de las aguas corrientes, entre los cuales aparecen grandes bloques de piedra de formas redondeadas como consecuencia de haber rodado en su día por el cauce del barranco (Perera López 2005: 6.42 y 6.43). De donde deduce la hipótesis de que un *chejelipe en el español de La Gomera de hacia el siglo XVI fuera una palabra que significara 'piedra lisa o redondeada', un sinónimo de laja (de ahí que el barranco donde está el poblado de Los Chejelipes se denomine también Barranco de la Laja); y propone poner en relación estos topónimos con el también topónimo gomero Cherelepín.

La primera cita de este topónimo es la que el poeta Vasco Díaz Tanco hace en sus Triunfos canarios (h. 1520), cantando las bellezas de La Gomera y haciendo relación de sus poblados, aquí nombrado Chehelipes, con /h/ aspirada:

Noté las thermas y grutas
de Arure, lugar desierto,
onde aquellas gentes brutas
de tam arcos son indutas
por muy estraño concierto;
a Menchehigua salí
d'un fragoso valle ameno
y a los Chehelipes vi,
do muy claro conoscí
ser fructífero el terreno.

Wölfel (1996: 1073) conoce esta cita de Díaz Tanco y hace notar la forma del plural español con que aparece, de lo que deduce que Guajilapa, otro topónimo de La Gomera aportado por Fernández Pérez, contiene el mismo radical, pero muestra tener dudas en la comparación con el término bereber ahslaf 'malezas de la vegetación' (Bass. Dial). Últimamente, Reyes García (2004d: 48) lo interpreta como 'bedelio' sobre el supuesto etimológico ta-yalbas-t.

Nosotros llamamos la atención de la igualdad del final de este término, tan característico, con el de otros topónimos también de indudable origen guanche: Aripe y Benipe de Tenerife y Juanchipe de la misma isla de La Gomera.