Fares
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https://hdl.handle.net/11730/guatc/1288
A dos topónimos da nombre Fares en la isla de El Hierro, los dos vinculados entre sí y pertenecientes al territorio del Julan, municipio de El Pinar de El Hierro: un Espigón de los Fares, un gran promontorio rocoso saliente en la parte baja de la ladera del Julan cercana a la costa, y un Barranco de los Fares que toma este nombre en su parte final por el espigón citado y que en su tramo inicial y más alto recibe el nombre de Barranco de los Matos (Trapero et alii 1997: 119 y 142). Según creemos, este nombre "de los Matos", que en el habla popular de El Hierro es término genérico para toda clase de plantas de mediano porte, es variante de expresión en este caso "de los Fares", como nombre específico de una planta particular.
El primero de estos dos topónimos aparece en la relación de topónimos aborígenes de El Hierro de Bethencourt Alfonso con una precisión asombrosa: "Fares, espigón en el Júlan" (sic) (1991: 376), lo que demuestra una vez más el conocimiento asombroso que este hombre llegó a tener de la toponimia menor de Canarias, y en este caso de una isla en la que no tenemos la certeza de que hubiera hecho personalmente trabajo de campo, pero que en todo caso garantiza la fidelidad de las fuentes de información de que se sirvió, aunque sin relacionar este nombre con una especie vegetal, pues nada dice de ella ni de su nombre en las partes dedicados al léxico designativo de la flora. También el mapa militar da cuenta del primero de estos dos topónimos, pero lo escribe como Faros, creemos que por una falsa interpretación, como es práctica muy común en la cartografía militar1. Y también el GAC (70 B3) da cuenta del verdadero uniendo los dos topónimos en uno solo: Barranco Espigón de Fares.
Tanto los diccionarios dialectales canarios como los modernos diccionarios botánicos referidos a la flora de las Islas dan el nombre de faro a una planta asterácea endémica de flores amarillas, identificada con el genérico Gonospermum. Kunkel (1986: 100 y 111) dice que es el vernáculo palmense Gonospermun canariense, mientras que los Bramwell (1987: 234) amplían su hábitat a las islas occidentales, "donde puede encontrarse tanto en la zona baja como en el monteverde entre los 100 y 700 m, generalmente en terrenos rocosos y riscos", y lo identifican como Gonospermun fruticosum. Por su parte, el DDECan da cuenta de faro (y no de fare) y atribuye su nombre "por el color fuerte de sus flores", lo que equivale a decir que recibe ese nombre por traslación semántica por la analogía con el término español faro; o sea, de etimología hispánica y de significado metafórico, lo que parece, en principio, verosímil.
Una interpretación diferente damos nosotros, basada en el conocimiento directo que tenemos de la geografía de El Hierro y específicamente del lugar llamado de los Fares, de la especie vegetal fares y del habla popular herreña. Nadie en El Hierro, de los pocos hombres que quedan que conozcan a la vez la planta y su nombre, la llamaría faro, sino solo fare y quizás mejor en plural fares. Y desde luego estos topónimos herreños nada tienen que ver con los faros de señales marítimas, pues están en el interior y muy alejados del único faro que hay en esa parte de la isla del Meridiano, el llamado Faro de Orchilla, y que justamente se levantó en el lugar que sirvió como punto geoestratégico para marcar el "meridiano cero" que desde antiguo ostentó la isla de El Hierro hasta que se lo "llevaron" a Greenwich. Otros topónimos herreños llevan el nombre de Faro, pero estos son porque están justamente en las cercanías del faro de Orchilla, de donde con toda seguridad lo toman, como es una Hoya del Faro y la Montaña del Faro, pero este con la significativa circunstancia que es la moderna denominación de lo que antes era solo la Montaña del Puerto o Montaña de la Orchilla.
Es lo más probable que esa especie vegetal coincida con la que en La Palma, La Gomera y Gran Canaria se llama faro, según el DDECan2, pero si así fuera, más fácil sería explicar la evolución fare > faro, por etimología popular, que no al revés, ir desde el común faro a un extraño y desconocido fare, y entonces sí podría pensarse en una etimología guanche, más cuando la especie vegetal es endémica canaria como certifican todos los naturalistas.
Estamos, por tanto, en la hipótesis de un término de origen guanche, como así lo consideraron también Bethencourt Alfonso, este desde el topónimo herreño, y Wölfel (1996: 672) desde el apelativo faro de la planta de La Palma.
También la palabra faro aparece en el Diccionario de historia natural de Viera y Clavijo para referirse a la planta de La Palma, identificada por él como Athanasia fruticosa palmensis, a la que dedica una larga y minuciosa descripción para concluir que "sus vistosos ramilletes dorados, de grato olor, sostienen toda su gala en la primavera", que es planta que se cría con particularidad en La Palma y que es congénere con la que en Tenerife se llama corona de la reina (2014: I, 565-566). Los autores de la última edición del Diccionario de Viera, hecha desde los originales del propio Arcediano, aseguran que esta cita de Viera se convierte cronológicamente en la primera que atestigua esta palabra, y reafirman que la interpretación de esta palabra es "por el color fuerte de sus flores", tal como habían dicho en el DDECan; sin embargo, se hacen eco de lo que nosotros habíamos dicho en nuestro libro sobre la pervivencia de la lengua guanche en el habla popular de El Hierro al comentar la palabra fares apostando por un origen prehispánico (Trapero 1999b: 147-148), en lo que nos reafirmamos ahora.
Y si fare o fares es de origen guanche también debe de considerarse como tal la palabra faro referida a la especie botánica, aunque debamos reconocer en ella un previsible proceso de hispanización que no tiene la primera. Y es lo más probable que la presencia de estos faros sea la causa de varios topónimos que con este nombre hay en La Palma, Tenerife y Gran Canaria y que nada tienen que ver con los faros de las señales marítimas pues son todos lugares del interior, como diremos en su entrada correspondiente.
1 Uno de nuestros informantes, Fernando Gutiérrez, de El Pinar, nos comentó que un ingeniero que visitó aquellos parajes recogiendo sus nombres le puso el de Barranco de los Faros, pero que el nombre que ellos conocen de toda la vida es el de Fares.
2 Perera López en su minuciosa exploración sobre la toponimia de La Gomera, y no solo de la toponimia, sino también muy especialmente de su flora (2005: 19.97), asegura que en esa isla a las varias especies de Gonospermun nadie las conoce por el nombre de faro sino por el de corona de la reina y otras varias que nada tienen que ver con el término que aquí estudiamos.ETIQUETAS
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