Gomestén
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https://hdl.handle.net/11730/guatc/1486
En la actualidad, Gomestén es un lugar de Gran Canaria totalmente deshabitado perteneciente al municipio de Artenara, situado en un territorio sumamente escabroso, bajando de Artenara a Tirma (GAC 172 C3). Sin embargo, hasta el siglo XVIII, al menos, tuvo un poblado estable, según se constata en registros locales de la época. Y lo más probable es que fuera también lugar habitado en época prehispánica. Al nombre genérico Gomestén de la zona se le suma un topónimo secundario a ella vinculado: Degollada de Goméstén (La toponimia de Gran Canaria 1997: II, 165).
En nuestro estudio sobre la toponimia de Gran Canaria en el tiempo en que Colón pasó por ella (Trapero 2004: 62), y comentando la larga lista de lugares "que tenían poblados al tiempo que la conquista se comenzó" hecha por el cronista Andrés Bernáldez a finales del siglo XV, nos quedaron sin identificar unos pocos, entre ellos un misterioso Areagamasten, que bien podría corresponder con el también topónimo antiguo Agumastel, hoy sustituido por Azuaje, o por este Gomestén. Sin estar del todo seguros, más nos inclinamos por lo primero que por lo segundo.
Pero sí es seguro que el actual Gomestén tiene también su antecedente en Guadamesteme según un documento de 1543 de los Repartimientos de Gran Canaria en el que se solicita "un pedaço de tierra montuosa de sequero que está en el término de Acusa que tienen los linderos de la parte de abaxo el barranco de Aytata e de la otra parte la cordillera del Risco de Guadamesteme que va a dar al barranco de las Eneas e toda la cumbre hasta la montaña de Azaenegue e por la otra parte el barranquillo que dizen de las Vinagreras que entra en el barranco de Aytate" (Ronquillo y Aznar 1998: 88). Y según Luján y Ortega (2008: 378), ese Guadamesteme se ha registrado en documentación intermedia local con las variantes Guamestén y Aguamestén hasta llegar a las variantes Comestén y sobre todo Gomestén que es el que predomina en la tradición oral actual.
No contamos con ninguna interpretación sobre este topónimo en la bibliografía sobre el guanche, pero sí podrían hacerse algunas consideraciones, al menos desde el plano de la expresión. Y la primera y más importante sería la gran diferencia que resultaría de interpretar desde el bereber la primera forma registrada de este topónimo Guadamesteme a la de la forma actual Gomestén. Damos por segura la forma actual por haber sido recogida de la tradición oral, pero ¿cómo podemos estar seguros de que el escribano que puso por escrito el nombre de Guadamesteme en 1543 estaba reproduciendo fielmente una secuencia sonora que oía tal vez por primera y única vez y que pertenecía a una lengua tan extraña fonéticamente a la suya? Las variaciones en las escrituras primitivas de los nombres guanches son tan incontables que la duda por saber cuál de ellas es la verdadera o al menos la más cercana a la real se convierte en el leitmotiv permanente de la investigación en tema tan resbaladizo como es el de la onomástica de origen guanche. Y decimos "de origen guanche" y no simplemente "guanche" por cuanto todo lo que nos ha llegado de aquella lengua lo ha sido a través del español, y por tanto todo en mayor o menor medida hispanizado. Una muestra cercana la tenemos en el mismo texto arriba transcrito de los Repartimientos de Gran Canaria: en ese simple párrafo un mismo topónimo, aun con morfología tan simple, aparece con dos formas: Aytata y Aytate. Si nos inclinamos por la primera es porque en la tradición oral ha pervivido la forma Itata, pero esa terminación puede deberse a la configuración de la lengua española que ha preferido los nombres terminados en -a más que en los terminados en -e y no a la lengua guanche de que procede. En el caso de Gomestén el salto interpretativo es mucho mayor: si en verdad es el resultado de una transmisión oral de cinco siglos desde el original Guadamesteme habría que preguntarse cuánto le queda de guanche y cuánto tiene ya de español. Y otra pregunta aún más desafiante: ¿Por qué ha de hacerse más caso en cuanto a su naturaleza guanche a la forma primeramente documentada Guadamesteme que a la que ha pervivido por tradición oral como Gomestén? Puede que en alguna parte de la palabra sí, pero no en otras partes. El acento agudo de la forma actual puede ser indicativo de que el final -eme de la primitiva sea una simple paragoge interpretativa del escribano de los Repartimientos de Gran Canaria y por tanto la variación entre ambos registros quedaría reducida al comienzo guada- de la primitiva y al go- de la actual, y aquí sí habríamos de hacer más caso a la primitiva por cuanto tenemos unas variantes intermedias como Aguamestén y Guamestén que explican el proceso evolutivo de lo que aparenta ser un prefijo, de manera paralela a otros varios topónimos de origen guanche como Guadajume > Aguadeún en La Gomera o Aguadara > Guadara en El Hierro.
Pero desde el plano del contenido nada podemos decir de este Guadamesteme o Gomestén.
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