Jaime

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https://hdl.handle.net/11730/guatc/1875

En tres islas aparece este término como topónimo pleno, sin complemento ni presentador alguno: Gran Canaria, Tenerife y La Gomera. Estos son:

En Gran Canaria, Jaime se llama un punto de la vertiente del Barranco de los Propios, al sur de Santa Cristina, en los altos del municipio de Santa María de Guía. Fue recogido in situ de la tradición oral por el equipo encuestador de La toponimia de Gran Canaria (1997: II, 187).

En Tenerife, Jaime es un lugar perteneciente al municipio de Buenavista del Norte y que está en la entrada del Valle de El Palmar (GAC 102 A4); en la actualidad es un lugar poblado pero el topónimo fue antes meramente orográfico.

En La Gomera, el GAC (48 C3) cartografía un Lomo de Jaime en una ladera situada en la parte occidental del pueblo de Vallehermoso, pero en la minuciosa recolección toponímica que Perera López realizó en fechas más recientes (2005: 15.57) logró anotar otros cinco topónimos más, algunos de ellos también con el solo nombre de Jaime, y que son:


Jaime o El Verdello, lugar situado al nordeste del caserío de Macayo, municipio de Vallehermoso.

Jaime, lugar situado al norte del caserío de El Guro, municipio de Valle Gran Rey.

Jaime, lugar situado al sureste de las Casas de Ayamosna Abajo, municipio de San Sebastián de La Gomera

Punta Jaime o Rosa de Jaime, lugar situado al norte del caserío de El Guro, municipio de Valle Gran Rey, vinculado al segundo anterior.

Rosa de Jaime, lugar situado en la banda derecha bajando del Barranco del Cerrillal, al suroeste de Chipude, municipio de Vallehermoso.

Lomo de Jaime o simplemente Jaime, en la cabecera del Barranco de Clavo, al oeste del pueblo de Vallehermoso; es el que aparece en el GAC (48 C3).


El primer interrogante surge de inmediato: ¿Jaime una voz guanche? Es lo más seguro que tal como en la actualidad se nombran esos lugares no lo sea, pero cabe pensar muy razonablemente que estas formas actuales sean el resultado de una evolución guiada por la etimología popular hasta llegar al antropónimo hispano desde un étimo prehispánico. Para ello nos basamos en dos razonamientos que se complementan, el uno de tipo toponomástico y el otro meramente lingüístico. Los antropónimos tienen una presencia muy frecuente en la toponimia, pero aparecen como términos específicos dependientes de un genérico y primario, como Las Tierras de..., La Cueva de..., y otros afines generalmente referidos o relacionados con la propiedad, como es lo lógico. Nunca o casi nunca aparece un antropónimo solo convertido en topónimo pleno, y cuando lo hace admite sospechas de anomalía toponomástica. Son los casos señalados en la toponimia de Canarias de Antón, Juan Gil y Ramón en El Hierro, Jinés en La Gomera, Chirino en Gran Canaria, Tristán en Tenerife, Oropesa en La Palma o Talabera en Tenerife y La Palma, entre otros. La apoyatura lingüística viene del hecho de que son muchos o al menos bastantes los topónimos canarios de origen guanche que tienen voces muy próximas a este Jaime y con los que verosímilmente están emparentados etimológicamente. Estos son, al menos: Jama en Tenerife, Jamama y Jamones en El Hierro, Jameo y Jamaís en Lanzarote, y sobre todo James en Fuerteventura, y este, además, resulta ser una variante léxica de una serie de voces que amplían las posibilidades comparativas: Ajames, Sojames, Tajame y Tajames. Además de ellos, Bethencourt Alfonso recogió el nombre de Jámen (él lo acentúa para marcar su verdadera pronunciación paroxítona) como "región en Vilaflor" (1991: 433), hoy desaparecido o desconocido, pero al que hemos de dar total crédito por el rigor a que nos tiene acostumbrados este autor. ¿Cuánto va de Jamen a Jaime? En una toponimia como la canaria que tiene que vérselas con un repertorio de términos que no entiende porque procede de una lengua extraña y desaparecida, casi nada; más aún: es lo lógico que el Jamen haya desaparecido y haya sido sustituido por Jaime; no es el caso concreto, pero bien pudo ser uno paralelo. Lo realmente sorprendente es que continúen aun tantos topónimos prehispánicos vivos y con plenitud designativa; esto es lo verdaderamente sorprendente, no que muchos de ellos hayan mudado su forma primitiva por otra más acorde a la lengua que hablan los que siguen pronunciándolos.

Perera López (2005: 15.57) recogió además en La Gomera un topónimo como El Tajaine y que en su estudio pone de continuo en relación y en contraste con los otros topónimos Jaime, como es lógico. La presencia del artículo en este topónimo sugiere que el término tajaine debió ser apelativo en un tiempo del español insular, aunque ahora nadie sepa decir qué cosa sea. Concluye Perera que, a pesar del parecido fonético, los topónimos con el nombre de Jaime son de formación en época hispana procedentes de un antropónimo (nombre o apellido), mientras que El Tajaine es de origen prehispánico, y se basa para ello en la presencia del prefijo inicial ta-, tan característico de los topónimos prehispánicos, y en la diferencia de la m en Jaime y la n en Tajaine. Pero sin embargo también recogió de varios de sus informantes la variante Tajaime, y que a pesar de ser minoritaria tiene tanta autenticidad toponomástica como la mayoritaria Tajaine, porque lo que en el fondo muestra esta variante es que, suponiendo que la forma originaria fuera Tajaine, también esta camina en la tradición oral hacia la forma esperable de Tajaime, más interpretable desde la etimología popular a pesar de llevar todavía el prefijo ta-. ¿Y quién puede decir que los actuales Jaime no son ya la forma definitivamente evolucionada, incluso con la pérdida del prefijo ta-, en el largo proceso de adopción que han tenido las voces de los canarios antiguos hasta llegar a los canarios actuales?

Es cierto que el nombre de Jaime, bien como nombre de pila o como apellido, existe en Canarias, aunque no sea frecuente; y que Alonso Jáimez de Sotomayor fue el alférez mayor en los tiempos primeros de la conquista de Gran Canaria. Menos creíble es que existiera un aborigen de La Gomera llamado Jaime que conferenció con Juan Rejón cuando este pasó por la isla y finalmente fue muerto en ella, según recogió Perera López (2005: 25.239) de una información oral. Pero no hay prueba documental alguna de que el Jáimez de la conquista de Gran Canaria o sus descendientes pasaran a Tenerife y menos a La Gomera, ni que el topónimo grancanario Jaime proceda de él. Y menos concebible es que el nombre de un aborigen gomero sea el responsable de tantos topónimos como hay en esa isla con el nombre de Jaime. Y contra la hipótesis del nombre hispano está la potente "ley" toponomástica de nombrar los antropónimos dentro de una configuración morfosintáctica generalmente vinculada a la propiedad, pero no con el solo antropónimo.

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ISLA   LA GOMERA, TENERIFE, GRAN CANARIA


MUNICIPIO    Santa María de Guía de Gran Canaria, Buenavista del Norte, Vallehermoso, Valle Gran Rey


TOPÓNIMO VIVO, SIGNIFICADO DESCONOCIDO

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