El Andén de Jala es un topónimo de La Gomera situado en los riscos que flanquean por el lado oeste al valle de Ermigua y sobre los caseríos de Igualfaro, La Piedra Romana y El Tabaibal.

Según comenta Perera López (2005: 10.67), la interpretación popular de este topónimo es que Jala es un nombre "mal pronunciado", que viene del hecho de que por allí "jalaban la madera". Mas las condiciones orográficas del terreno hacen muy improbable esta interpretación, ya que el Andén de Jala discurre de forma paralela a las curvas de nivel, no en el sentido vertical que sería el acomodado a la tarea de arrastre o el desprendimiento de la leña; además, el lugar es sumamente abrupto como para que por él transitaran animales de tiro. Por el contrario, el Andén de Jala se ha formado como consecuencia de la erosión de los materiales que forman ese estrato geológico, formado por cenizas volcánicas de color rojo y que son impermeables, fruto de lo cual es que las aguas broten en varios puntos de dicho andén. Si estas circunstancias estuvieran detrás del nombre del topónimo podría considerarse Jala como un guanchismo y -tal como sugiere Perera- ponerse en relación con las voces bereberes: tähala (Renisio 1932: 335), tahâla (Foucauld 1940: 103), zara (Sarrionandia e Ibáñez 2007: I, 225), tala (Dallet 1982: 440) y otras afines, todas ellas con el significado de 'fuente, manantial'.

Otros dos topónimos canarios contienen el segmento léxico jala: Bijala en El Hierro y Fajala en La Palma.