Jitagana
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https://hdl.handle.net/11730/guatc/2001
Nombre de un pequeño poblado de Gran Canaria situado en el Barranco de Fataga, municipio de San Bartolomé de Tirajana (La toponimia de Gran Canaria 1997: II, 165). Jitagana forma parte de los tres pequeños caseríos, junto a Caserones y Arteara, que se asientan en el fondo de ese barranco entre Fataga y Maspalomas. Advertimos que en las fuentes escritas, tanto antiguas como modernas, aparece preferentemente escrito Gitagana, que nosotros corregimos y proponemos como aparece en la entrada, conforme a los criterios generales ortográficos expuestos en el estudio introductorio a este diccionario.
Poca importancia tiene en la actualidad como poblado, pero muy grande la tiene como lugar histórico y arqueológico, formando junto a Arteara y Caserones uno de los lugares principales del hábitat de los aborígenes en la isla de Gran Canaria, a juzgar por los restos que se conocen. Por ejemplo, en Arteara existe una verdadera necrópolis con más de 800 enterramientos identificados, individuales y colectivos, siendo el mayor conjunto funerario del Archipiélago, además de otros restos arqueológicos que atestiguan la importancia que tuvo el lugar en época guanche (Schlueter Caballero 2009).
Como lugar de tal importancia arqueológica ha sido visitado y estudiado por multitud de investigadores a lo largo de los últimos siglos. De igual forma, como lugar histórico anterior a la conquista y de gran relevancia en la misma conquista, su nombre aparece también en la mayor parte de las fuentes históricas. Y como voz perteneciente a la lengua de los aborígenes figura en todos los estudios sobre el guanche. Sin embargo, hay serios problemas de identificación del lugar y del nombre si se sigue al pie de la letra los relatos de las crónicas e historias que lo mencionan: unas veces como Litana, las más como Titana y todas ellas parecen referirse a la actual Jitagana. Más aún, el término Jitagama (sic) aparece en la Historia de Abreu Galindo no como topónimo sino como antropónimo, siendo uno de los valientes canarios que siguieron a Doramas revelándose contra el Guanarteme de Gáldar ante la actitud de sumisión y acuerdo que este tomaba con los conquistadores: se juntaron con Doramas, "Gaytafa, Trandarte, Nayra, Gararosa, Xitagama y otros gayres poderosos" (1977: 133).
El episodio que nos interesa se corresponde con las últimas escaramuzas que los castellanos llevaron a cabo en la conquista de la isla, con el asedio a las fortalezas de la zona de Tirajana en donde los canarios se habían hecho fuertes. En todas las fuentes se pondera mucho lo "áspero y agrio" de las sierras y fortalezas donde los aborígenes se refugiaban para resistir y combatir. Por ejemplo, en el capítulo que Diego de Valera el cronista de los Reyes Católicos dedica a las Islas Canarias, referido a la conquista de Gran Canaria. Dice:
Y en çinco días de mayo el governador e los dichos cavalleros hizieron otra entrada con çierta gente de cavallo e de pie, e fueron al lugar que dicen Tirajana e a otro que dizen Tayra, de donde sacaron mil cabeças de ganado. E después desto fueron çertificados que los canarios tenían recogido todo su mantenimiento en una fortaleza que dizen Litana, que es un risco muy alto e áspero, e los canarios estavan muy seguros creyendo que allí no osarían llegar los christianos (cit. Morales Padrón 1993: 501).
No podemos asegurar que ese Litana se corresponda con el actual Jitagana, como tampoco Tayra, porque ambos topónimos han desaparecido, pero si ponemos en relación este relato con otros, el Litana de Varela es el mismo Titana de otros cronistas, y este Titana no puede ser otro que Jitagana. El poblado actual de Jitagana está asentado en la ladera cercana al lecho del barranco y por tanto no responde a la descripción de "risco muy alto e áspero", pero las paredes de ese barranco en el lugar de Jitagana y de Arteara suben vertiginosamente hasta alturas muy considerables formando peñones y morros aislados que parecen inaccesibles desde el fondo del barranco, con lo que bien semejan verdaderas fortalezas defensivas, y por sus alturas resulta casi del todo imposible el tránsito.
El relato de Abreu Galindo es más sintético, pero bebe de las mismas fuentes que el de Varela. Dice:
Retirose Pedro de Vera y pasó a otra parte, que dicen Tirajana y Acayro, de donde sacaron mucho ganado; y de ahí fueron a otra gran fuerza, que llaman Titana, cortada en un risco a mano, muy áspero y alto, en el cual se tenían por muy seguros los canarios, por parecerles el lugar inexpugnable (1977: 228)
Marín y Cubas, sin embargo, hace una relación mucho más pausada del episodio de la conquista y de la defensa de los canarios, sin duda porque contó con otras fuentes desconocidas por los primitivos cronistas e historiadores. Resumimos su relato:
Sabiendo que el enemigo estaba en Tirajana y sus términos, recogió Pedro de Vera poco menos de mil hombres... que hubo aviso estaban fortificados en una fortaleza llamada Ancite, cerca de Tirajana, que hoy llaman El Sitio; divisábanse otros riscos con más gente llamados Veneguera y Mogán, y antes de sitiar el Peñón de Ancite se mandó a acometer a otras fuerzas y pregonó fuesen todos pasados a cuchillo por bien no se quisiesen dar al Rey de España. Envió Pedro de Vera a su hijo Rodrigo de Vera con tres compañías y con Guadartheme a un risco peinado altísimo llamado Titana que tenía la subida por una montaña agria y de malos pasos... Luego que estos canarios salieron de Titana, al mismo punto otros desmandados la ocuparon llenándola como hormigas, con más fiereza que los primeros; mandaron fuesen a sitiar a otra llamada Fataga... en aquella tierra áspera y muy agria (1993: 163-164).
Lo que sigue en el relato de Marín y Cubas se aparta bastante del resto de las fuentes históricas. Sitúa Marín y Cubas en este lugar de Fataga el famoso episodio del desriscamiento de Tazarte al grito de ¡Atistirma!, "no queriendo reducirse ni poder pelear por estar ya sitiados", que los demás sitúan en el fuerte de Ansite y como acto final de la conquista. Marín lo continúa con el siguiente relato: "Llegamos a otra fortaleza muy larga y áspera llamada Gitagana y por no detenernos pasó el ejército a dar vista a Ansite, lunes 28 de abril, esta era la última donde estaba la fuerza de la isla con el Tazartico" (1993: 164). Es aquí donde aparece el nombre del topónimo que estamos estudiando, siendo Marín y Cubas el único que lo cita de esta forma, de donde se deduce que o eran dos los lugares en que se desarrollaron las acciones de ataque de los castellanos, Titana y Jitagana, o Marín y Cubas reitera una misma acción dando al lugar nombres diferentes en cada ocasión.
Reiteramos que el nombre de Jitagana aparece únicamente en la Historia de Marín y Cubas, pero viene a continuación Viera y Clavijo y relata el mismo episodio siguiendo los pasos de Varela y de Abreu Galindo, titulando incluso su capítulo como "Ataque a los puertos de Titana, Amodar y Fataga". Y dice:
Orgullosos con esta ligera ventaja, se animaron los nuestros a avanzarse a la fortaleza de Titana, colocada en la cima de un peñasco muy eminente y escabroso, donde la naturaleza, ayudada del arte, parecía haber puesto al abrigo de todo insulto a cuantos se refugiaban en ella (1982: I, 530).
En tres lugares de sus Monumenta (1996: 835-836, 868 y 1079) habla Wölfel de este topónimo, aunque con identificaciones muy dudosas respecto de las formas que aparecen en las fuentes históricas. Reunidas todas ellas y puestas en orden alfabético por nosotros resultan ser: Gitagama, Gitagana, Gitajana, Gitajana, Hitaya, Hitayama, Hitoyama, Tijama, Titana y Tixama. Ante tal número de variantes de escritura, y desconociendo Wölfel la pervivencia del topónimo Jitagana, se pregunta por la autenticidad del nombre y por la relación que pueda haber entre ellas, llegando a dos conclusiones: primera, que Gitagama (sic) debe estar relacionado con el Xitama [en realidad Tixama, por metátesis] de Abreu, y que aquel se deriva de este; y segunda: que la reconstrucción de todas esas variantes llevan a la forma ti-xama como la más auténtica, aunque -concluye- "sin atrevernos a aportar paralelos dada la simplicidad de la configuración fonética" (1996: 836). Y una tercera respecto a Titana: que puede considerarse como una forma plural, con el prefijo ti-, para la cual ofrece el paralelismo del bereber tatanut 'cumbre larga y fuerte'.
Como bien puede comprenderse esta interpretación es más voluntarista que filológica: se ha buscado más el paralelismo en el terreno de la realidad extralingüística que en terreno lingüístico. Es lo mismo que hace Cubillo al decir que el topónimo grancanario Titana significa 'fuente de la oveja' porque en las cercanías de las cuevas que hoy sirven para guardar los ganados había antes una fuente, aunque ahora esté seca (1992: 73-74).
Todo queda, pues, en el aire. No sabemos con absoluta certeza qué altura de la zona de Tirajana se llamaba Titana, ni dónde estaba; no sabemos tampoco si la forma correcta es la que aparece en la crónica de Varela, Litana, o es la Titana que aparece en la historia de Abreu y que después copian los demás; tampoco si esas Litana o Titana coinciden con el Gitagana de Marín y Cubas. Sea como sea, más cercanos nos parecen a este topónimo el otro de Gran Canaria Jitana y el de Lanzarote Jitana / Gritana.
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