Caboco de Malgaro es un topónimo de La Palma, perteneciente al municipio de Garafía y a la zona del Castillo.

La estructura morfosintáctica de este topónimo, al igual que el anterior Caldera de Malgara, hacen pensar en que las voces Malgara y Malgaro puedan ser antropónimos, pero si así fuera resultarían unos topónimos muy anómalos, pues los antropónimos en toponomástica aparecen siempre (o casi siempre) en relación con la propiedad de la tierra, y ni uno ni otro de los topónimos palmeros muestran esa posibilidad, pues una "caldera" es el cráter de un volcán y un "caboco" la concavidad o la caída brusca que existe dentro de un barranco. Por tanto nos inclinamos a dar a este Malgaro el mismo tratamiento que dimos a Malgara.

¿Pero cómo de un supuesto mismo étimo prehispánico ha podido llegarse a la diversidad de Malgara, Malgaro y Malgarída o Malgaría y en la toponimia de una misma isla? Hemos de suponer que esa variación léxica ha debido de producirse en época hispana y por el hecho de que el término primario fuera un apelativo, o que se sintiera como un apelativo, y así Malgara acomodó el género femenino a la "caldera" a la que califica y Malgaro el género masculino al "caboco" que a su vez designa. ¿Y Malgarída o Malgaría? La variabilidad entre ambas formas ya la hemos mencionado: o por epéntesis en el primer caso o por síncopa en el segundo. Y la variación respecto de Malgara y Malgaro no encontramos otro argumento que el ser un derivado abundantivo desde esa condición de apelativo. ¿Y cuál pudo ser el significado del término primario? Sencillamente, no lo sabemos. Porque aunque coincidimos con Díaz Alayón en que estos nombres parecen referir a una especie vegetal no aparece en ninguno de los varios (y buenos) diccionarios de botánica de las Islas Canarias.