Marsagán
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https://hdl.handle.net/11730/guatc/2329
En la actualidad, el nombre de Marsagán pervive en dos lugares de la isla de Gran Canaria y en uno de Tenerife, pero en esta hay otros dos términos que consideramos en relación de dependencia con él: Marsaga y Marsagana.
El de Tenerife es Cercado de Marsagán, perteneciente al municipio de Arico y situado al sur de la población de Arico Nuevo (GAC 134 B2). Además, el corpus de barrancos de Tenerife registra en este lugar un Barranquillo de Marsagán (Pérez Carballo 2011: 61 C2).
Los dos de Gran Canaria son: el pueblo de Marsagán, en la parte sur del municipio capitalino de la isla, y Mesa de Marsagán, en el margen izquierdo del Barranco de Arguineguín, al sur del poblado de El Sao, municipio de San Bartolomé de Tirajana (La toponimia de Gran Canaria 1997: II, 217, y GAC 177 E2 y 199 F2, respectivamente).
De todos ellos, obviamente, el más conocido es el Marsagán pueblo de Gran Canaria, que si hasta la segunda mitad del siglo XX era un núcleo urbano meramente rural, enclavado en un fértil y pacífico valle, en la actualidad se ha extendido ya sin límites definidos a través de todo el valle y se ha convertido en zona residencial extraperiférica de la capital de la isla.
Una advertencia inicial hacemos: tanto en los registros actuales en los que aparece el topónimo (mapas, folletos, carteles de carretera, etc.) como en las citas bibliográficas del siglo XIX en que aparecen estos nombres lo hacen mayoritariamente con z, que interpretamos como grafía hiperculta al creer que con ello se corrige el seseo del habla canaria. Pero no hay tal: son nombres guanches y deben escribirse tal cual hoy y siempre se han pronunciado: Marsagán.
Y lo mismo en los otros dos topónimos de Tenerife que interpretamos vinculados a este: La Marsaga, un lugar de la parte baja del Valle de la Orotaba hoy convertido en zona totalmente poblada (GAC 107 E2); y La Marsagana, también en el Valle de la Orotaba, aunque este perteneciente al municipio de Los Realejos, y también hoy lugar poblado del núcleo de la Cruz Santa, y que muy posiblemente sea dependiente del anterior.
Madoz escribe en su Diccionario (1986: 146) un largo artículo sobre el Marzagan (así lo escribe Madoz) de Gran Canaria e incluye en él una noticia histórica de la conquista de la isla que podríamos decir que no viene a cuento y que no se corresponde con el lugar en que sucedieron los hechos, según los relatos de fuentes históricas más fidedignas. Dice que fue aquí donde Doramas, "gefe de los guanches", se presentó ante el campamento de los castellanos y desafió a cualquiera que quisiera batirse con él, venciendo a dos de ellos y siendo herido después por el general que los mandaba, aunque antes de morir recibió el bautismo y fue sepultado en la cuesta de Silva. No sabemos por qué Madoz pone esta noticia en relación con el topónimo Marsagán, siendo además contradictoria con el relato que de este mismo hecho hace en la entrada Doramas.
Wölfel recoge en sus Monumenta (1996: 1033-1034) las distintas grafías con que los topónimos de Gran Canaria y de Tenerife aparecen en las listas de nombres guanches de los autores del siglo XIX: Berthelot, Chil, Millares y Bethencurt Alfonso (el último no representado en el libro de Wölfel por estar su obra inédita): Marzagan y Marzagán (sin acento y con acento), Marzagana y Marsagana de Tenerife, pero añadiendo estas mismas dos variantes como nombre de una localidad de Lanzarote desde una cita primera de Berthelot (repetida después por Chil, Millares y Bethencourt), lo que sin duda es un error de localización, pues nunca en Lanzarote ha existido ese nombre, y cuestionando la veracidad del Marzagal citado por Olive como 'casa de labranza' en el Puerto de la Cruz. Para todos ellos dice Wölfel disponer "de un paralelo bereber, indudablemente acertado": las voces amerzagu (pl. imerguga) o amarzag, las dos con el mismo sentido de 'amargo'.
Pero hay mucho más. Existe una ciudad en Marruecos llamada Mazagán, de nombre bereber, a unos 90 km al sudoeste de Casablanca, que fue antigua posesión portuguesa y que hoy tiene el nombre árabe de El Yadida. Además, nuestro colaborador Abrahan Loutf nos informa de que existe un pueblo en Guedmiwa (en el Alto Atlas) con el nombre de Amerzgan; una localidad al norte de la ciudad sahariana de Warzazat llamada Anfa umerzgan y un pueblo de Gundafa, en la región de Tifnut denominado Ayt burzgan. Además, el topónimo canario reproduce casi fielmente la estructura morfológica del adjetivo amerzagu (pl. imerzguen) que en bereber se usa para el sentido de 'amargo' (coindicente con la explicación de Wölfel): construido sobre el prefijo am más el verbo irzag 'ser amargo'. Cierta relación pueda existir entre estas formas y el nombre de una planta llamada taburzigt (identificada científicamente como Datura stramonium), que desprende un mal olor y que posee propiedades nocivas similares a las plantas solanáceas. Por su parte, Laoust (1939: 311) registra el nombre de timerzuga como el de una achicoria silvestre en varios lugares de la toponimia bereber.
También Sabir (2001: 267) incide en la vinculación entre los topónimos canarios, por una parte, y el topónimo marroquí Mazagan y el apelativo genérico bereber imazigen, por otra, aunque sin especificar el significado que estos tienen.
Ante topónimos como este se hace evidente la reflexión que se hacía Abreu Galindo de que los primeros pobladores de Canarias debían de proceder del continente africano, no solo por "la proximidad que hay de la tierra firme de África con estas islas", sino también al "ver los muchos vocablos en que se encuentran los naturales destas islas con las tres naciones que había en aquellas partes africanas, que son berberiscos y azanegues y alárabes" (1977: 31). Y cita a continuación como ejemplos los nombres canarios de Telde, Gomera y Orotava, pero igual podría haber citado este de Marsagán y haber incluido también en esa mínima relación a Tegueste al mencionar "la ciudad de Tegueste, donde estuvo enterrado el cuerpo de San Agustín".
Ante todo esto, podemos postular que el nombre de marsagán fue apelativo en la lengua de los aborígenes para designar una especie vegetal con esa característica de sabor amargo. ¿Cuál sería? ¿Desapareció la planta o el nombre? ¿Habrá dejado algún rastro en la lengua que hoy se habla en las islas? ¿No podría ser la especie que hoy se llama en todo el Archipiélago magarza o magarsa, tras una metátesis desde el nombre toponímico? El DDECan encuadra bajo el mismo nombre de magarza varias especies de plantas, según las islas, aunque todas ellas calificadas dentro de la familia de las asteráceas. ¿Es esta misma palabra magarza de origen guanche? Nada dice este diccionario dialectal sobre la procedencia de la voz, pero es sintomático que no añada al final de la correspondiente entrada lo que el DLE dice sobre ella y las correspondencias o diferencias que desde el español general haya con respecto a la voz canaria. Y es que el diccionario académico concede una entrada a la voz magarza, de origen muy indeterminado, pero remite de inmediato a la voz matricaria en donde se describe una planta muy similar a la magarza canaria, especificando que es una planta "olorosa" y que el cocimiento de sus flores "suele emplearse como antiespasmódico y emenagogo". De esas mismas condiciones de ser una planta olorosa y de sabor amargo y de tener esas propiedades curativas de la magarza canaria habla José Jaén Otero en su libro sobre Nuestras hierbas medicinales (1984: 44). Por su parte, Viera y Clavijo califica a la magarza como "indígena y peculiar de nuestras Canarias" (2014: II, 131). Y los botánicos David y Zoë Bramwell (1987: 234) citan tres tipos de plantas con el nombre popular de magarza y todas ellas pertenecientes a la "flora autóctona".
Queda en el aire la vinculación del topónimo Marsagán con la especie vegetal magarza, pero todo apunta hacia esa hipótesis.
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