Masca
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https://hdl.handle.net/11730/guatc/2336
Hoy el nombre de Masca tiene como referencia principal un pequeño poblado de Tenerife situado en la parte alta del Macizo de Teno (GAC 119 E1), sin duda el más importante o al menos el más conocido de aquel territorio verdaderamente atormentado en su geografía, hasta el punto de que en determinados medios se confunden Masca y Teno como si de una identificación metonímica se tratara, siendo dos realidades geográficas distintas: Teno es el nombre de toda la parte suroccidental de Tenerife, conocido también como Macizo de Teno, y Masca es solo una parte del mismo, aunque la más elevada y riscosa. Por ello es del todo verosímil que antes del poblado el nombre de Masca lo recibiera aquella zona, dentro de la cual, además, existen accidentes particulares que llevan el específico de Masca, como la línea de cumbre que se desarrolla por su parte norte, un gran lomo, un profundo barranco que corta en vertical esta parte del Macizo y la playa que se forma en su desembocadura en la costa intermedia de los Acantilados de los Gigantes. Además, el poblado de Masca no está agrupado sino desparramado al menos en tres pequeños grupos de casas aprovechando los filos de los lomos de aquel atormentado territorio, posiblemente el más quebrado de toda la isla de Tenerife.
"Masca es una enorme sima, una profunda cárcava bajo la masa pétrea del Tarucho y entre los riscos laterales que caen desde El Guerche y La Fortaleza. Por abajo, el barranco se cierra en una estrecha zanja, grieta gigante que culebrea hacia el mar". Así lo describe Pérez Carballo (1998: 151), que recorrió a pie todo el Macizo de Teno anotando sus características geográficas y botánicas como también los nombres tradicionales de los accidentes de su geografía.
Hoy nos parece del todo inverosímil que aquel territorio tan sumamente quebrado, sin duda uno de los más riscosos de todo el Archipiélago, pueda estar habitado y que los mínimos espacios de tierra cultivable que hay pudieran servir para mantener a sus moradores, pero de su condición de territorio habitado antes de la llegada de los españoles y del reparto de tierras y de aguas que el conquistador Fernández de Lugo hizo acabada la conquista nos hablan abundantemente las datas primeras de Tenerife. Así en una 1503 se dice: "Yo don Alonso Fernandes de Lugo, Adelantado de Canaria e Governador de Tenerife e de San Miguel de La Palma, doy a vos Don Diego, Rey q. érades de Adexe, un barranco q. se llama Masca con todas sus tas. y aguas para vuestros ganados e para q. fagáis vuestras heredades" (Datas: doc. 856-35). Tiene esta data el doble o triple interés de mostrar que el territorio de Masca pertenecía antes de la conquista al menceyato de Adeje, que su mencey sobrevivió a la conquista y fue bautizado con el nombre de Diego, y que este recibió del conquistador las tierras y aguas de su propio territorio para su heredad. Y en otra data de 1505 se confirma que aquellas tierras eran del rey de Adeje: "Unas tas. q. están entre el barranco de la agua del Rey de Adexe q. es en Maxca" (ibíd.: doc. 33).
Y advertimos que en estos dos documentos se escribe el topónimo de dos maneras distintas, Masca y Maxca. No fueron las únicas, además aparecen otras formas en las mismas datas primeras de Tenerife: Mascan (doc. 1.191-20), Maxcan (doc. 637-37) y Amasqua (doc. 695-37), lo que demuestra cómo aun en un nombre tan breve y claro en su fonética al pasar de una lengua a otra las escrituras vacilan por no hallar en la lengua en que ahora se escribe las grafías exactas que correspondan a los sonidos que se oyen. Al perderse su lengua, nunca sabremos cómo pronunciarían los aborígenes ese nombre, pero como el topónimo ha pervivido hasta hoy por tradición oral no nos cabe la menor duda de que de todas las formas escritas la más cercana a aquella pronunciación es la que hoy sigue vigente: Masca. Y sin embargo, Bethencourt Alfonso, del que siempre decimos que nos merece toda credibilidad en cuanto a la transcripción que hace de los topónimos guanches de Tenerife, por ser nativo de la isla y justamente de esta parte Sur de la isla, y por lo tanto conocía esos topónimos desde la tradición oral, escribe siempre este topónimo como Mazca, del que dice: "Valle y aldea (Teno). Fue célebre el Luchadero de Mazca y aún señalan en las Toscas la Casita del Rey, y el Oratorio del Rey" (1991: 435). Y en la pág. 238 añade que "En la actualidad el Oratorio de Mazca o del Rey [está] en Teno, Buenavista".
Una de las descripciones antiguas que encontramos del territorio de Masca, así como de la interpretación que se quiere dar al nombre, la encontramos en la obra del clérigo tinerfeño Dámaso Quesada de Chaves, inédita hasta hace muy pocos años, quien dice que Masca es uno de los "pagos" pertenecientes a la Villa de Santiago del Teide, con Guergue, Tamaimo y Arguayo, y añade que tomó este nombre "por la fatiga en llegar a el en su penosa subida y baxada, para cuia empresa es preciso el haber bien comido, y como la comida a quien tiene hastidio su repunancia le obliga a solo mascarla o masticarla decian algunas este chiste que para llegar a el, que es un hondo Valle, era preciso el mascar bien antes y mascar su camino, porq. el termino mascar los usan los campestres por comer" (2007: 231). Es obvio que la etimología desarrollada por el clérigo tinerfeño es una típica etimología popular que pretende interpretar un término desconocido desde el significado de otro bien conocido; chiste parece, y cosa chistosa es su interpretación, pero no cabe duda de que conocía muy bien el terreno y las enormes dificultades que presentaba para transitarlo.
Antes de Quesada, el término Masca aparece en las Constituciones Synodales que el Obispo Dávila escribió como memoria de sus visitas pastorales a las distintas parroquias de las islas hacia la mitad del siglo XVIII, y por esas mismas fechas nos dice el geógrafo Antonio Riviere que el pago de Masca contaba con 33 vecinos (1997: 62), y sin embargo este mismo autor escribe el nombre en el exterior del mapa que dibuja de la isla de Tenerife como Barranco de Maca (1997: 74). Por su parte, Viera y Clavijo se conforma con decir que Masca es pago del Valle de Santiago (1982: II, 414-415). Al territorio de Masca, dándole aquí la extensión territorial que hoy se le reconoce al Macizo de Teno, dedicó Álvarez Rixo un largo artículo periodístico a mitad del siglo XIX ocupándose principalmente de sus "curiosidades topográficas" citando algunos de sus topónimos más representativos de origen guanche: como los roques Tarucho y Catana, el vallecito Guilda (hoy pequeño caserío con el nombre de Jilda) y la especie vegetal autóctona chajora (2005: 206-209), y describe a uno de sus innumerables barrancos (que podría ser cualquiera) como "profundísimo, y no menos prodigioso por sus saltos y escabrosidad, enmarañándose y acercándose sus peñascos de uno y otro lado, de manera que por algunas partes, cuando se desciende para ir al mar, no se alcanza a ver el cielo".
Wölfel (1996: 951) se limita a reunir las varias citas que de este topónimo halla en las fuentes por él consultadas (las datas, Viera, Quesada, Olive, Madoz, Chil y Millares) y se limita a decir que el topónimo Mascona de Fuerteventura tiene el aspecto de ser un plural de Masca. Intuimos también que el topónimo Masacote de Fuerteventura debe de llevar una a epentética atraída por el apelativo español mazacote pero que es su origen fuera algo así como *Mascote que ponemos en relación con Masca. Pero nada sabemos finalmente de su significado etimológico.
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