Sendro

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https://hdl.handle.net/11730/guatc/2736

Quizás escrito así, Sendro, resulte irreconocible este topónimo de Gran Canaria, que nombra un barrio cercano a la ciudad de Telde que fue antes un poblado troglodita en el que se han hallado importantes restos guanches, y que sin interrupción ha seguido siendo poblado de los primeros colonizadores españoles hasta llegar hasta la actualidad, naturalmente transformando las condiciones de habitabilidad de las casas. Pero Sendro se ha pronunciado siempre y así debe escribirse, y no Cendro como aparece por lo general en la actualidad en todo tipo de documentos, una escritura que se ha impuesto desde una interpretación hiperculta desde el castellano al tratar de corregir lo que se creía un caso del seseo canario (La toponimia de Gran Canaria 1997: II, 115, y GAC 177 F4).

Y esta propuesta nuestra se ve avalada incluso por la primera documentación que tenemos de este topónimo. Dice Torriani que la ciudad de Telde estaba situada cerca de un río (en realidad un barranco) "y a poca distancia de dos grandes poblaciones antiguas, que en la lengua canaria se llaman Tara y Sendro; las cuales afirman los antiguos (y también se demuestra así por sus ruinas) que eran de grande superficie y llegaban al número de catorce mil casas" (1978: 169). Ese número de casas es, sin duda, una gran exageración, pero el testimonio de Torriani es el primero en dar cuenta de estas dos poblaciones aborígenes que la arqueología moderna ha demostrado como muy importantes. Anota Alejandro Cioranescu, editor del libro de Torriani, que en el manuscrito los nombres de Tara y Sendro aparecen escritos en capitales, pero que el segundo aparece primitivamente escrito como SEND, y que después "la misma mano añadió RO entre renglones" (ibidem., nota 1)1.

Por ser vecino de Telde y conocedor personal de las poblaciones de Tara y de Sendro, vale la pena transcribir las impresiones que Marín y Cubas dio a finales del siglo XVII sobre esas dos "ciudades" aborígenes y que explican el sistema de poblamiento que tenían:


Toda la isla [de Gran Canaria] estaba bien poblada; cuando la conquista tendría diez mil hombres de pelea; en los cerros de tosca habían cuevas muy capaces, y en lo alto poblaciones de casas de piedra bajas, cubiertas de terrado, puertas muy angostas, todo a modo de hornos, sin corral ni patio ni ventanas para lumbreras; habían calles muy angostas y empedradas con guijarrillo muy menudo, como yo conocí en la antigua ciudad de Cendro frontera a Telde, donde habitó el Rey hasta la conquista (1993: 210).


Al lado de estas dos poblaciones de Tara y de Sendro, convertidas en la actualidad en núcleos de población creciente debido a su cercanía a la ciudad de Telde, existen otros dos poblados con los nombres de Caserones Altos y Caserones Bajos, cuyo nombre genérico de Caserones es indicativo por sí mismo para referirse a poblados de la época guanche, si bien siguieron siendo utilizados en época hispana, y castellanos son sus nombres (La toponimia de Gran Canaria 1997: II, 110, y GAC 177 F4).

En el recuento de las poblaciones que tenía la isla de Gran Canaria y que hizo el geógrafo y cartógrafo Antonio Riviere hacia 1740 se dice que Zedro (sic) tenía 44 vecinos (1997: 139), lo que no es poco en comparación a la población general de la isla en ese tiempo. Llamamos la atención sobre al escritura del topónimo por parte de Riviere, Zedro, sin duda motivado por una mala audición (ya que Riviere escribe generalmente los nombres de los lugares canarios desde el oído), que nos lleva a pensar en el nombre del árbol más característico de Canarias: el cedro. Y unos pocos años más tarde, en su Historia de Canarias, Viera y Clavijo escribe Cendro, con la sola referencia de ser "pago de Telde" (1982: II, 393), pero con la escritura falseada que se ha impuesto hasta la actualidad. Mas la forma más alejada del verdadero nombre de Sendro es la que escribió Maximiliano Aguilar en la segunda parte del siglo XIX, Cenodro, que después reprodujeron Chil y Naranjo (2006: 173), Millares Torres (1980: 311) y Bethencourt Alfonso (1991: 392) con la explicación de ser "lugar en tiempo de la conquista". Menos mal que tanto Chil como Millares, como grancanarios que eran, incluyen también el nombre de Sendro en sus respectivos listados y remiten al Cendro de Marín y Cubas; no así Bethencourt que en este caso se muestra menos conocedor de la toponimia de Gran Canaria que sus contemporáneos.

Trata Wölfel (1996: 840-841) sobre este topónimo, juntándolo con Tara, para insistir en la importancia que sin duda tuvieron en época primitiva, incluso por encima de Telde, del que ahora son barrios secundarios; pero nada de provecho lingüístico dice sobre su nombre, y sí algo que añade confusión al dar por válida la escritura Cenodro de Chil y de Millares, pues lo compara con Bacendero (sic), localidad de Teror, tomado de otras citas igualmente erradas. Este segundo topónimo no puede ser otro que el actual Valsendero, que obviamente nada tiene de guanche y que está totalmente desnaturalizado en esa escritura tan falseada. De dos nombres inexistentes, Cenodro y Bacendero, ¿qué resultado positivo puede resultar de su comparación?

1 En efecto, hemos visto el original manuscrito de Torriani y así es, tal cual dice Cioranescu, solo que la añadidura de RO se pone sobre SEND.

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ISLA   GRAN CANARIA


MUNICIPIO    Telde


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