Tacande

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https://hdl.handle.net/11730/guatc/2879

Topónimo famoso de La Palma, Tancande tiene hoy una referencia mucho más limitada geográficamente a la que tenía en la antigüedad. En la actualidad nombra principalmente a una población perteneciente al municipio de El Paso, desdoblada en dos barrios que llevan el distintivo de Arriba y de Abajo, respectivamente. Además, de su demarcación antigua quedan otros topónimos secundarios, como Cuesta de Tacande, Hacienda de Tacande y Risco de Tacande, todos ellos en el corpus toponímico que Díaz Alayón formó de La Palma (1987b: 760); y además, Malpaís de Tacande y Volcán de Tacande que figuran en el GAC (41 E1 y E2) en la vertiente occidental de Cumbre Nueva. Otro topónimo con el solo nombre de Tacande y al margen del territorio anterior recogió Díaz Alayón en el municipio de Puntallana en la zona del Monte-El Granel que no figura en el GAC.

Nos dice el historiador palmero Juan B. Lorenzo Rodríguez en sus Noticias para la historia de La Palma que "el término de Tacande -como antiguamente se decía- fue objeto de la codicia de los vecinos de esta isla, como lo fueron Tejuya, las Cuevas de Herrera y Ia Caldera, con sus frecuentes usurpaciones que al fin llegaron a ser, en fuerza de una larga posesión, títulos de dominio bastantes" (1975: 237).

La repartición que tenía en la época prehispánica la isla de La Palma en doce reinos o señoríos es noticia que solo aparece en la Historia de Abreu de entre las fuentes antiguas. Pero en este punto puede completarse con una información aportada por Torriani. La montaña de Tamanca hace límite con el segundo señorío, que fue el término de Tijuya, donde gobernaba Chedey, dentro del cual estaba la montaña de Tacande (Abreu 1977: 267). Tijuya o Tixuya es término que ha desaparecido de la toponimia palmera, pero puede que esa montaña de piedras quemadas que tanto asombró a Abreu Galindo sea la misma cuya erupción describe con tanta minuciosidad Torriani (dedicándole un capítulo entero de su Descripción: 1978; cap. LXIX, 229-241) y a la que da el nombre de "monte Teguseo", nombre que tampoco ha pervivido en la toponimia oral palmera ni se ha registrado en ningún otro sitio. Dice Abreu:


En el término de Tixuya está una montaña que llaman de Tacande, en la cual en tiempo antiguo parece que hubo minero de azufre, como al presente lo hay en el Pico de Teide, en la isla de Tenerife, y que desde el pie de esta montaña corre por un valle hasta media legua de la mar, cantidad de piedras que parece haber sido quemada y derretida, así en su color como en la forma que tiene, a la cual piedra llaman los palmeros tacande, que quiere decir 'piedra quemada' [...] Y dicen los antiguos palmeros que aquella montaña de Tacande, cuando se derritió y corrió por aquel valle, era la más viciosa de árboles y fuentes que había en esta isla (1977: 264).


Hoy, como dijimos, el término de Tacande pertenece al municipio de El Paso, pero en la mitad del siglo XVIII era perteneciente a Los Llanos, según atestiguan el Obispo Dávila, entonces con 100 vecinos (cit. Riviere 1997: 214), y Viera y Clavijo (1982: II, 404). Es Viera quien da la noticia de un caso famoso ocurrido en Tacande en la primera mitad del siglo XVII que tiene que ver con las apariciones de un alma en pena. Así lo relata Viera:


En el pago de Tacande se conserva la casa, en donde se cuentan estuvo el alma que le ha hecho famoso. Era de un difunto que hablaba, aunque invisible, a los capataces de aquella hacienda; les vestía sus hijos, barría, traía agua, ponía la olla, acusaba a los niños o los abonaba; habló, en fin, con un fraile, hizo testamento, restituyó lo que debía y se despidió para el cielo. Esta fábula no se cuenta solo a los niños, sino que se embauca a los grandes (1982: II, 401).


La leyenda se convirtió en romance y todavía vive en la tradición oral de la isla. Nosotros mismos, en los primeros años del siglo XXI, indagamos sobre la supervivencia de la leyenda en el lugar, y la confirmamos como de conocimiento general, hasta el punto de haberle dado a una calle del poblado precisamente el nombre de "El Alma de Tacande"; el romance lo publicamos en el Romancero General de La Palma (2002: nº 231). La historia que narra el romance es la de un alma que pena en el Purgatorio las culpas de una difamación, y pide el auxilio de la Iglesia y el de la mujer ofendida para obtener el perdón y lograr la paz, cosa que obtiene por medio de la confesión1.

Desde las citas de Abreu y de Viera el topónimo Tacande ha pasado con una extraña unanimidad en cuanto a su escritura a todas las listas de guanchismos de los autores que se han ocupado de su estudio: Glas, Berthelot, Álvarez Rixo, Chil, Millares y Bethencourt Alfonso, hasta llegar a Wölfel (1996: 711-712). Y las interpretaciones que del término se han propuesto siguen también la estela del significado que le atribuyó Abreu Galindo de 'piedra quemada'. Así, Wölfel dice que hay un paralelo casi idéntico en el habla de Hausa, takanda. Sabir (2001: 294-296) lo pone en relación con el término tagant del habla taselhit del sur de Marruecos, que designa a lugares con "maleza o selva de arboledas más o menos copiosas", formado especialmente de arganes, pero también a "terrenos desérticos y pedregosos". Y dice además que existe un lugar con el mismo nombre de Tagant, cercano a la ciudad de Gulimin (o "Puerta del Desierto"), y que es un oasis en pleno desierto. Y Reyes García (2003a: 86) dice que su etimología es takanday con el significado de '(piedra) quemada'.

Nuestro colaborador Abrahan Loutf cree que la forma actual de Tacande pudiera ser una forma evolucionada en el español desde un primitivo Tacante, por cambio de la dental /t/ > /d/, y en ese caso representaría un ejemplo más del modelo nominal t---t, tan característico del bereber y tan repetido en la toponimia de las Islas. Mas si la forma actual fuera la verdadera original, podría considerarse un derivado del radical QD con el valor de 'quemar', pudiendo nombrar lugares de color oscuro o negro, sea por el impacto de una erupción volcánica o por cualquier otro impacto. Y como paralelos podrían señalarse los siguientes: ekade (pl. ekadewen) 'piedra' en el habla tuareg; Pellegrin (1949: 59) da para ekedi el sentido de 'lugar escarpado', y cita los topónimos Ekedi-Teima, Ekedi Tizi Oulala, Ekedi-Ensen, Ekedi- Dinar y Djebel Keddadin. Por otra parte, el mismo Pellegrin lo relaciona con el nombre de la actual ciudad argelina Skikda y con el antiguo nombre de una ciudad romana en el Norte de África.

1 Toda esta historia-leyenda de "El alma de Tacande" aparece recogida de una manera muy detallada en las Noticias para la historia de La Palma del erudito insular Juan B. Lorenzo Rodríguez (1975: 237-240), quien la juzga de "historieta tonta y ridícula", y tras dar noticia de la relación de los hechos, contemporánea -dice- al suceso y que se halla en un protocolo del archivo del Sr. Marqués de Guisla Guiselín, concluye que "en esta misma relación están los versos o cantares que el Alma de Tacande cantaba; pero como son tan extensos y tontos, como la relación misma, renuncio a ponerlos aquí, porque ya me falta la paciencia" (ibíd.: 240).

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ISLA   LA PALMA


MUNICIPIO    El Paso


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