Tajinaste
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https://hdl.handle.net/11730/guatc/2979
Tajinaste es el nombre genérico que se usa en todo en el archipiélago canario para varias especies de arbustos de la familia Echium, como el E. brevirame, el E. simplex, el E. decainei, el E. handiense, el E. hierrense, el E. webbi y el E. strictum. Viera y Clavijo lo describe como un arbusto indígena y peculiar de nuestras islas, "congéneres de aquella planta añal, llamada echium en latín, viborera en castellano, viperine en francés, palomino en Canaria, y sonaja en Tenerife" (2014: II, 492). Sin embargo, en El Hierro se prefiere la voz ajinajo, que es exclusiva de esa isla. Solo Rohlfs (1954: 97-98) dice que uno de sus informantes herreños llamó tajinasque al ajinajo, posiblemente por estar influido por el habla de Tenerife donde residía, pues en nuestras encuestas dialectales en El Hierro no hemos oído sino la voz ajinajo. Chajinaste suele llamarse también en Tenerife, conforme a la norma que existe en esa isla de la alternancia t-/ch- de las voces guanches que se inician por ese prefijo. Además, la voz tajinaste tiene en La Gomera varios sentidos derivados, tales como el de aludir a una persona que sea alta o grande o flaca, con un cierto matiz despectivo (Perera López 2005: 22.178).
Es decir, que en cada isla, y aun dentro de las distintas comarcas de cada isla, se dan especies diferentes bien sea por el color de su flor, por su porte o por la ramificación de la planta. En Gran Canaria es particularmente abundante el endemismo local E. decaisnei. En el tiempo de la floración se distingue por su color con denominaciones de tajinaste blanco, azul, rojo, negro o rosado; y hay especies que se denominan por el lugar del que son exclusivas: así el tajinaste de monte en general, de Jandía, del Teide o de las Cañadas, tan reproducido este en fotografías e imágenes de todo tipo por ser tan espectacular, etc. El DDECan ofrece una información muy amplia y detallada de toda esta casuística.
Esto con respecto a las formas orales con que se nombra la planta. Pero desde la escritura las variantes son mucho más numerosas: chajinaste, taginaste, tajinaste, tabinaste, tagina, tahinaste, tainaste, tajaniste, tajinasque, taxinaste y teginaste, citadas en el DDECan. Nosotros proponemos escribir el nombre de la forma más cercana a la oralidad: tajinaste.
Es voz recogida por escrito desde muy temprano, siendo Díaz Tanco el primero donde lo encontramos citada en su Triunfo canario isleño, en 1552:
después de salida la simple criatura
por do le solían cobrir la natura
con el tabinaste [sic] que está en los desiertos
y desta manera quedaban muy ciertos
que aquella parida estaría segura.
(cit. Rodríguez-Moñino 1934: estr. 17)
Pero más interesantes son las citas que de esta voz hacen Torriani (1978: 201) y Abreu Galindo (1977: 74), en todo coincidentes (lo que demuestra, como tantas veces se ha sospechado, que utilizaron una misma fuente), por cuanto hablan del uso que de esa planta hacían los aborígenes. Describen al tajinaste como un "árbol", cosa que han repetido después otros muchos autores sin conocer la especie, cuando esta es o una "planta" o a lo sumo un "arbusto" que no suele sobrepasar de los dos metros o tres de altura. Y dicen que los aborígenes gomeros utilizaban esta planta para teñir de color sus vestidos y prendas y para adorno de las mujeres. En el dibujo que hace Torriani en su Descripción de dos aborígenes gomeros se puede apreciar que las prendas que estos llevan son de color rojo. Esta información la repite Viera y Clavijo en su Historia de Canarias (1982: I, 147).
Pero a pesar de ser planta tan abundante, tan peculiar y tan característica de las islas, no son tantos los nombres de los lugares que por su presencia hayan pasado a la toponimia, reduciéndose a tres islas: Gran Canaria, Tenerife y La Gomera, y a tres o cuatro formas morfológicas: el singular Tajinaste, lógicamente el menos representado en la toponimia, el plural Tajinastes y el colectivo Tajinastal, con la variante Tajinajal de La Gomera. De ellas es la isla de Gran Canaria la que mayor número de topónimos ofrece, y tanto puede ser por la abundancia de la planta en sus suelos como por contar con un corpus toponímico muy minucioso rescatado desde la tradición oral. Pero advertimos que estos topónimos, tanto en la forma plural como en el colectivo, están en los municipios del Sur y del Oeste de la isla (La toponimia de Gran Canaria 1997: II, 311).
Con la forma en singular solo contamos con un topónimo en Tenerife: Roque Tajinaste, en la parte más alta y al norte del municipio de Guía de Isora (GAC 119 H3).
El carácter guanche de esta voz es indudable. Así lo afirman el DDECan y el DHECan (que le dan entrada por la forma taginaste) y la generalidad de los autores que ha tratado esta voz, destacándose la estructura morfológica t---t de los sustantivos del bereber del singular femenino con la añadidura del valor diminutivo. Glas compara el término canario con la voz del shilha taginast (1764: 174), Bethencourt Alfonso con los términos giogun-ard y oigheannach (irlandés-gaélico) (1991: 286), y Wölfel (1996: 683-684) con el bereber tainast, consignado por De Foucauld (1951: 702) en su diccionario sobre el tuareg con el significado de 'planta no perenne' (Echium humile desf.). Recientemente, Reyes García hace el siguiente estudio: "Sobre un primario taghnast, s.f. sing. 'aguja', enlaza con el verbo ghens 'sujetar con alfileres', acepción habitual en las hablas del Marruecos central, pues los dialectos nigerianos y malíes prefieren el significado 'cercar, rodear' o 'abrochar'" (2001: 4); pero en otro estudio posterior de este mismo autor (2004b: 133) se interpreta con el significado de 'colorante'. Finalmente, Perera López (2005: 22. 178) dice lo siguiente: "Pensamos que Wölfel localizó en el tuareg el paralelo perfecto (tainast: Echiumhumile), sin embargo no profundiza en la etimología de la voz. Como alternativa jugaremos tanto con la hipótesis planteada por Reyes García (2001: 4), en la medida que el concepto 'aguja' podría aludir al carácter áspero y picante de las hojas y tallos de este tipo de plantas". Propone Perera a continuación se tengan en cuenta otras muchas voces de las lenguas bereberes, como ils n-tfunast 'lengua de vaca', afunas 'buey', funas, tfunast y otras parecidas, todas con una referencia a la vaca o al buey. Y concluye: "A partir de lo expuesto planteamos la hipótesis de que tajinaste podría significar literalmente 'vaca'; es decir, que el nombre alude a que esta planta tiene las hojas (lanceoladas y de tacto muy áspero) similares al aspecto que presenta la lengua de una vaca. Como vemos, tanto el kabilio (ils ufunas) como el español (lengua de vaca) son expresiones usadas para designar al mismo tipo de plantas, teniendo en ambos casos igual significado. Se nos podrá objetar que entre las comunidades indígenas canarias no hay constancia de que existieran bóvidos; cierto, pero también es verdad que dichas poblaciones a su arribada a las Islas, aportaron un léxico que ya usaban en el continente, donde sí existían esos animales y donde ya llamaban con un término parecido a tajinaste a las plantas de esa familia. Cuando al llegar a las Islas se encuentran con especies vegetales muy similares a las que ellos ya conocían en tierra firme, las llamarán de igual manera, independientemente de que en el Archipiélago existiese o no ganado vacuno... Por consiguiente, no es de extrañar una forma antigua canaria tipo *tahinast, que, por aspiración de la h y con el añadido de una -e paragógica, ha dado lugar al actual tajinaste [...] Diremos que el Echium humile (taynast) que crece en el Sahara es una planta herbácea, de flor azulada y carácter anual, muy parecida al Echiumplantagineum que crece en Canarias".
Una que no pasa de ser curiosidad bibliográfica es la interpretación que el ilustrado clérigo tinerfeño Dámaso de Quesada, en la segunda mitad del siglo XVIII, da de esta planta, pues dice que el tajinaste es el responsable del nombre del pueblo de Tejina, tanto del Norte como del Sur de la isla. Dice: "De un arbolillo llamado taginaste que se criava y cria en este paraxe, y a los mayores nombravan taginas y estando aqui uno destos corrompiendo su antiguo nombre dicen oy Tegina el mismo que le dan a un pago de la Ayuda de Parroq. Guia o Yzora" (2007: 226).
Eso es una curiosidad bibliográfica, pero lo que raya en el disparate son las traducciones que algunos autores diletantes, sin crítica ni fundamento, y sin base alguna, han dado de la etimología de algunas palabras guanches que han pervivido como apelativos en el español de Canarias, como hace Juan Francisco Delgado, autor del libro Canarias, islas y pueblos, que el Gobierno de Canarias editó con motivo del Día de Canarias de 2007 con una tirada de muchos miles de ejemplares, y donde se dice literalmente que tajinaste significa 'goma resinosa' (pág. 12), lo que es tanto como confundir un aspecto de la realidad física de la planta con el significado de la palabra.
Es de destacar la proximidad fonética y la cierta identidad morfológica entre los apelativos tagaste, tajinaste y tajaraste, pero con significados muy distintos, a la vez que los topónimos Tagaste, Tagasote, Tegueste, Teguise y Teseguite.
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