En la costa del Norte de la isla de Lanzarote, cercano al pueblo de Órsola, municipio de Haría, hay un Charco de los Timijotes que mide unos 25 o 30 m de largo, pero es algo estrecho y su fondo es arenoso con algunos pedruscos por los laterales. No lo recogimos nosotros pero aparece en el Mapa Topográfico de Lanzarote de GRAFCAN (20LZ03: F5) y en el Diccionario de topónimos de Lanzarote de Agustín Pallarés (2014: 324).

No sabemos si la presencia de esos pedruscos en el charco tiene algo que ver con la palabra timijote, aunque es lo más probable. Dice Pallarés que las gentes de Órsola no saben lo que pueda ser un "timijote", pero sí recuerdan que las antiguas alfareras usaban una timijota como guijarro para alisar las vasijas que hacían, y añade en su última obra sobre la Prehistoria de Lanzarote que "es palabra aún viva, pero sólo usada por los profesionales de la alfarería tradicional" (Pallarés 2017: 95). Igualmente, José de León Hernández (2008: glosario) dice que la última alfarera tradicional de Lanzarote, Dorotea Armas, llamaba timijota al callao con el que repasaba y alisaba sus piezas antes de meterlas en el horno. Por tanto es muy posible que el topónimo esté motivado por la presencia de ese tipo de guijarros en el charco, aunque Pallarés asegura que en la actualidad ese charco no se distingue precisamente por tener guijarros o cantos rodados.

En lo que no cabe duda es en el origen guanche del término, caracterizado por la estructura t---t del femenino singular con valor de diminutivo.