Dentro de la Caldera de Taburiente, en La Palma, municipio de El Paso, en su parte central y en la banda del sur, por encima del famoso Roque Idafe, entre los innumerables picos y picachos de aquella geografía atormentada, hay unos picos que según la fuente en que los cite aparecen nombrados de una forma o de otra. En el mapa militar como de Picos de Toney, lo mismo que en el GAC (29 F3); Díaz Alayón (1987b: 773) los recogió con los nombres de Tonel o de Toney; en la fichas de Alvar aparecen como Picos de Tonelo con la añadidura de que esa fue la respuesta obtenida al preguntar por los Picos de Toney del mapa militar; y finalmente nosotros lo oímos nombrar in situ, de labios del guardián del Parque Nacional de Taburiente, conocedor profundo de La Caldera, en singular como Pico Tuney o Tunay.

Las variaciones entre las tres primeras formas son fáciles de explicar por la alternancia vocálica en un término tan ajeno al vocabulario del español; lo mismo que el genérico pico o picos, pues aquello es en verdad una continuidad de elevaciones puntuales. Lo que sí tiene más interés es la variante Tonel que recogió Díaz Alayón y la de Tonelo que recogió Alvar y su equipo, producto sin duda de una etimología popular. En este caso, la pervivencia de las formas guanches preexistentes Toney, Tuney y Tunay garantizan ese proceso evolutivo del topónimo hacia un término interpretable desde la lengua que se habla en la isla. Cosa distinta a lo que ocurre en el topónimo anterior de Fuerteventura Toneles del que no ha quedado la forma guanche que presumimos existió como primitiva.

No cuenta este topónimo con referencias bibliográficas. Pero llamamos la atención sobre la reiteración del segundo elemento tona en otros topónimos guanches, como Aguatona, Antona, Tonaso y Tonate. Y es lo más probable que también esté en relación directa con el Tomay de Tenerife.