Muda
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https://hdl.handle.net/11730/guatc/2467
De nuevo nos encontramos con una serie de topónimos en Canarias en los que el término principal plantea el problema de su origen al tener un paralelo exacto en el vocabulario español. Estos son Muda, Mudo y Mudos que aparecen en topónimos de las islas de La Palma, Fuerteventura, Gran Canaria y Lanzarote. Haremos aquí unas consideraciones generales que afectan a todos ellos y pondremos después lo que corresponde a cada uno tanto desde el punto de vista geográfico como desde el lingüístico.
En la introducción general a este diccionario hacemos un planteamiento general al fenómeno de la homonimia que con tanta frecuencia suele darse en la toponimia canaria entre un étimo de origen guanche y otro de tipo español o románico. Cuando en esa homonimia hay una cierta diferencia homógrafa, esta puede avisar para reparar en la problemática particular del término y poder aclarar o dilucidar su distinta etimología. Pero más difícil es reparar en una distinta etimología cuando en los términos hay una total coincidencia tanto en la fonética como en la ortografía, como puede ser el caso de los topónimos Muda, Mudo y Mudos. En casos como estos solo el conocimiento de la geografía particular así nombrada puede ofrecer la clave de una verdadera o al menos de una más verosímil interpretación.
Muy difícil, por no decir imposible, resulta justificar los topónimos canarios que tienen uno de estos tres términos desde el significado del apelativo español mudo 'privado de la facultad de hablar' o muda 'acción de mudar una cosa', ni aun aplicando a la geografía todos los valores metafóricos que desde esos términos puedan deducirse. ¿Cómo y por qué llamar a una montaña Muda? ¿O a un lomo de los Mudos? ¿O a una zona riscosa y totalmente impracticable para la actividad productiva con el solo nombre de El Mudo? Pues esa es en general la geografía que en Canarias tiene esos nombres en las islas en que aparecen.
Y estos son los topónimos: La Muda, en Fuerteventura, con varios topónimos subsidiarios; El Mudo, en La Palma y Gran Canaria; y Los Mudos en Lanzarote y Gran Canaria.
De nuevo nos hemos de preguntar, ¿no estaremos ante un étimo guanche evolucionado hasta la fonética del apelativo español? El artículo con que todos ellos aparecen, lo mismo que la flexión de género y número que presentan, pueden ser consecuencia de su asimilación al término homónimo del español. Pero desde el punto de vista toponomástico resulta muy rara esa productividad si en realidad ese término fuera en su origen el apelativo español, y sobre todo por los lugares en los que están y por el tipo de accidentes geográficos que nombran. Y con un añadido: el solo nombre de El Mudo o La Muda como constituyentes de un topónimo es algo del todo incongruente de tener como motivación los significados que esos términos tienen en el español general.
En ningún registro bibliográfico dedicado al vocabulario guanche encontramos referencia a cualquiera de estas formas, y sin embargo la toponimia de La Palma conserva dos topónimos con formas inequívocamente guanches, como son Temudo y Timudas, que podrían considerarse los antecedentes de los que aquí estamos considerando, aquellos conservando el morfema inicial del femenino del bereber y estos como formas evolucionadas que lo han perdido.
Con el nombre de La Muda hay dos lugares en Fuerteventura, ambos documentados en los tres registros toponímicos de la isla más actualizados con que contamos: el repertorio recogido por Manuel Alvar en los primeros años de la década de 1970, el GAC y la Toponimia de Fuerteventura editada por el Cabildo de la isla. El primero de estos topónimos es La Muda o Montaña Muda (GAC 222 C1), una montaña que está al norte del pueblo de La Matilla, y que reparte su territorio entre los municipios de PRO y OLI; a ella se refirió René Verneau en su viaje por la isla (1981: 143) como una de las más altas de la isla (de 683 m. de altitud). Además, desde el nombre de la montaña, otros accidentes secundarios llevan su nombre: unas Mesas de la Muda y Pico de la Muda como se designa el pico de la montaña (Toponimia del Cabildo, 2003: 215-216). Y el segundo está en el municipio de Betancuria, al sur del pueblo de Vega del Río Palmas (GAC 227 F5). La Toponimia del Cabildo en este caso (1999: 149) da cuenta de tres accidentes que llevan el nombre de La Muda: una ladera, un risco en el que se han descubierto unos grabados rupestres guanches, y un Norte de la Muda que por sí solo marca la importancia de este nombre como término referencial en la zona.
Un documento de compraventa de tierras otorgado por el escribano de Lanzarote Salvador de Quintana Castrillo en 1618 cita unas Casas de Amuda como referencia de uno de sus límites (Bello Jiménez y Sánchez González 2003: doc. 132), hoy topónimo desaparecido, pero esa Amuda como término que conserva el prefijo del artículo masculino del bereber sí puede apoyar la condición de voces guanches de las que aquí estamos considerando.
Sobre el posible étimo de estas voces desde el bereber, ver la entrada Temudo.
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