Tegueste
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https://hdl.handle.net/11730/guatc/3196
Tegueste da nombre a sendas poblaciones de las islas de Tenerife y de Gran Canaria. El más importante, sin duda, es el de Tenerife, convertido hoy en término municipal incrustado en territorios históricos de La Laguna y de Tacoronte (GAC 81 H2). Por su parte, el Tegueste de Gran Canaria es un pago de Gáldar, situado entre Hoya Pineda y El Saucillo (La toponimia de Gran Canaria 1997: II, 314), pero con una mínima documentación antigua; ni siquiera aparece en el Diccionario geográfico de Madoz, tan minucioso en la mención de las localidades canarias, y que sin embargo concede dos entradas al de Tenerife (1986: 196). Además, debemos contemplar la pervivencia del término tegueste como apelativo en el habla popular de La Gomera con el significado básico de 'grande', referido a una persona o a una cosa más alta o más grande de lo que se considera normal.
El Tegueste de Gran Canaria tenía un solo vecino en 1740, según el registro de Antonio Riviere (1997: 142), entonces dependiente de la demarcación de Guía, mientras que el Tegueste de Tenerife por ese mismo tiempo era lugar que estaba poblado por 199 vecinos, de los cuales 104 vivían junto a la parroquia, que era el llamado Tegueste Viejo, y otros 43 vecinos en Tegueste Nuevo (Riviere 1997: 60). Dámaso Quesada daba para este Tegueste de Tenerife en 1746 el censo de 231 casas y 906 personas (2007: 222).
El Tegueste de Tenerife es, además, un nombre histórico. Tegueste fue uno de los nueve reinos en que se dividía la isla de Tenerife antes de iniciarse su conquista, según Espinosa (1980: 40-41) y Abreu Galindo (1977: 293), habiéndose perdido -dicen ambos- la memoria del nombre de quien reinaba sobre él. Curiosamente el poeta Viana calla el nombre de este reino y lo sustituye por el de Teno, para que siga coincidiendo el número de nueve, pero otorga a Tegueste una doble condición, la de ser, a la vez, antropónimo y topónimo: Tegueste será uno de los dos sucesores de Guahuco, tendrá su señorío en el valle de su nombre y casará con Tejina, la infanta hija de Acaymo el de Tacoronte:
uno de ellos se llamó Tegueste,
y casó con Tejina, bella infanta,
hija de Acaymo, rey de Tacoronte,
y por dote le dio el hermoso valle
que hoy llaman de Tegueste, a causa suya.
(Viana 1991: canto X, 230-234)
Y estaidea de Viana de hacer el topónimo derivado del antropónimo es la que sigue Quesada Chaves en su Canaria ilustrada, en la que todos los nueve reinos en que estaba dividida la isla recibían el nombre de sus reyes o caudillos; por ello, Tegueste se llamaba así porque era "donde el rey de su nombre tenía su Palacio" (2007: 226).
Según Bethencourt Alfonso (1994: 106-112), el pequeño reino de Tegueste limitaba al este con el señorío de Aguahuco y el reino de Anaga, al oeste con los reinos de Tacoronte, al norte con el mar y al sur con el tagoro de Añaza de Anaga. En la época de la invasión castellana regía su territorio Tegueste II, que al bautizarse tomó el nombre de Antón de Tegueste.
Es obligado recordar aquí la opinión de Abreu Galindo de que los primeros pobladores de las islas debieron venir de África, no solo por la cercanía de las islas al continente, sino sobre todo al ver "los muchos vocablos en que se encuentran los naturales destas islas con las tres naciones que había en aquellas partes africanas, que son berberiscos y azanegues y alábares" (1977: 31). Y entre las palabras que cita como ejemplos de esa coincidencia léxica está Tegaste, la ciudad donde estuvo enterrado el cuerpo de San Agustín. En otro lugar de este diccionario (ver la entrada Tagaste) hemos comentado por más extenso este texto de Abreu, pero bien puede suponerse que ese nombre africano de Tegaste le vino a la memoria por el conocimiento que él tenía del topónimo canario Tegueste.
De "fértil valle" calificará Viana el lugar de Tegueste (canto XIII, 646 y 709) y productor de "vinos odoríferos" (VI, 104), que acabada la conquista formará junto a sus lugares vecinos del Asentejo la "habitanza" predilecta de Baco (XV, 239-242). Y es en esta última cita cuando nombra Viana "los dos Teguestes" (XV, 239), que interpretamos como dos lugares de la isla que tienen ese mismo nombre de Tegueste. En ningún registro histórico antiguo ni moderno aparece en Tenerife más que el Tegueste del norte, junto a Tejina. Lo que sí existe en Tenerife es otro término próximo correspondiente a dos topónimos: Igueste de San Andrés en el municipio de Santa Cruz de Tenerife e Igueste de Candelaria en el municipio de Candelaria, y a uno de ellos alude el verso de Viana. Cierto es que no es difícil confundir Tegueste con Igueste.
El Tegueste que aquí nos ocupa aparece de continuo en los primeros Acuerdos del Cabildo de Tenerife. Por ejemplo, en el del 25 de julio de 1498 en donde se ordena juntar a los ganados "a mesta" dice así: "Los que están desde el arroyo hasta todo el término de Tegueste... e los que están en todo el término de Anaga se junten para cuando los llamaren en el arroyo que está a la cabeçada de todo el arroyo de Tegueste" (1949: doc. 58). Lo que demuestra que este punto se convirtió desde muy pronto en referencia toponímica de primera importancia por su situación y por la riqueza de sus suelos. Y en un documento del año 1519 en el Registro del Sello del Archivo de Simancas se ordena "echar sisa por valor de 4.000 ducados sobre la carne, el pescado, vino, aceite y jabón que se vendiese en la villa de San Cristóbal [de la Laguna], para sufragar los gastos de la traída del agua del arroyo de Tegueste y de la Fuente del Obispo" (Aznar Vallejo et alii 1991: doc. 93). De la misma manera, Tegueste es uno de los topónimos que con mayor frecuencia aparece en las primitivas Datas de Tenerife y además con una asombrosa uniformidad en cuanto a su escritura en relación con la variabilidad con que suelen aparecer los otros topónimos guanches de fonética extraña para el español: más de 70 veces aparece en otras tantas datas de las recopiladas por Elías Serra, y hay además dos aborígenes que llevan el topónimo como apellido: Antón de Tegueste (el que fue el último mencey de ese territorio) y Juana de Tegueste (Datas: doc. 585 y 1.223, respectivamente).
Que Tegueste e Igueste deben tener un mismo étimo no parece tener duda, y como tal los estudia Wölfel (1996: 905-906), suponiendo para el primero el modelo te-ges-te y para el segundo un cambio en el artículo inicial por "una i- pluralizante (?)". Hasta aquí podemos estar de acuerdo con el investigador austriaco, pues, en efecto, el modelo morfológico que está detrás de estas dos voces canarias es el representado como t---t, es decir, el del femenino singular típico del bereber y reproducido en multitud de topónimos guanches (Tacoronte, Teseguite...), pero no lo estamos en cuanto a su interpretación semántica, pues nuevamente confunde Wölfel la designación con la significación. Dice Wölfel que teniendo en cuenta que igueste / gueste es la denominación de un barranco, pudiera encontrarse su significado en alguno de los siguientes paralelos bereberes: eggez 'bajada', egeh 'cavar, estar excavado', tagezzit 'valle, torrente' y otros. Ni en el caso de los Tegueste de Tenerife y de Gran Canaria ni en los dos Igueste de Tenerife puede determinarse que la referencia inequívoca (ni menos la primitiva) fuera un barranco, aunque en las respectivas geografías así llamadas pudiera encontrarse alguno, pero eso es un lugar común, pues las islas todas y todos los lugares de ellas están surcados por barrancos. De la misma manera, Sabir (2001: 314-316) encuentra un lugar en la región del Sus, en el Sur de Marruecos, a unos 80 km de la ciudad de Tarudant, un montículo rocoso de nombre Tigisit para el que propone como étimo la forma masculina igisi con el significado de 'barranco' o más genéricamente 'depresión del terreno'. Y algo parecido piensa también De Luca (2004: 279-280), que dedica a este término un amplio comentario, tanto por lo que se refiere al antropónimo como al topónimo; y viene a concluir que el Tegueste tinerfeño es paralelo al sustantivo taghucht (pl. tughach) que se usa entre las poblaciones senhaya del Medio y del Alto Atlas con el significado de 'garganta' y que por extensión a la orografía vendría a ser equivalente al término degollada de la toponimia canaria.
Nuestro colaborador Abrahan Loutf encuentra otros paralelos bereberes que parecen más cercanos a los topónimos canarios: Aguni n Teguest es el nombre de una localidad de Gundafa, que tiene una forma cercana al apelativo del habla ahagar taugest, por prefijación de ta-, con el valor de 'campo regado exclusivamente con el agua de lluvia' (Laoust 1939: 278-279).
Frente a todo esto se opone la pervivencia de tegueste como apelativo en el habla popular de La Gomera, recogido por Perera López (2005: 17.9) con referencia a una persona, animal o cosa que sea más alto o grande de lo que se considera normal: "¡es grande como un tegueste!" o "¡eso crece como un tegueste!", se dice. Advierte Perera que el término pertenece hoy al léxico pasivo de la isla, pero que aún pudo oírla de manera espontánea entre las personas mayores, por lo que hay que dar mucho crédito a su significado. Plantea Perera tres posibilidades interpretativas: primero, que tegueste aluda a una especie vegetal, como podría suponerse a partir de la expresión "crece como un tegueste", y en este caso sería paralela de la voz tagasaste, esta sí viva en todas las islas con referencia a la especie vegetal Chamaecytisus proliferus, cultivada hoy como planta forrajera muy apreciada; segundo, que tegueste aluda al hecho de ser 'largo' o 'grande', y en este caso podría ponerse en relación con voces bereberes tales como teghwzi, aghwezfan o ighwzif con significados idénticos a los señalados, según cita de Dallet (1982: 635-636); y tercero, que tegueste sea un 'palo largo', tal como lo definieron algunos de sus informantes, y en este caso se compararía con las voces bereberes tagust y taguzt, recogidas en los diccionarios de Laoust (1920), Renisio (1932) y otros varios con el significado de 'estaca'.
También se ocupó de este topónimo de Tenerife el franciscano Diego de Guadix a finales del siglo XVI en su diccionario de arabismos, aunque citándolo como Tegüeste, creyendo que era una voz procedente del árabe, como todos los otros topónimos guanches que aparecen en su Recopilación. De Tegueste dice que deriva del término árabe tagaxt, que significa 'engañaste o hiciste engaño' (2005: 964). Nada hay del árabe en el guanche, como tampoco lo podía haber en el bereber antiguo (sí en el moderno, por el fenómeno del superestrato), pero sí que tiene que haber algo del bereber en el árabe de los países del Norte de África (por el fenómeno del substrato lingüístico). Y este término árabe tagaxt que el Padre Guadix nombra tiene todas las trazas de ser una voz de origen bereber, al menos desde le punto de vista fonético y morfológico, no sabemos si también desde el punto de vista semántico.
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