Arucas
Por favor, use este identificador para citar o enlazar este ítem
https://hdl.handle.net/11730/guatc/399
Arucas es uno de los núcleos de población principales de Gran Canaria, situado en la vertiente del norte de la isla, cabecera también de municipio, y topónimo que recibe, por tanto, una multitud de accidentes particulares, el más sobresaliente de los cuales es, sin duda, la gran montaña que se levanta sobre la población y desde la que se divisa un espléndido panorama de toda la vertiente centro-norte de la isla.
A diferencia de otros muchos topónimos de origen guanche en que el accidente geográfico (sobre todo cuando son montañas eminentes) es el que da nombre a la población, en este caso es posible que la montaña lo haya recibido de la localidad aborigen que se asentó en una parte de su ladera del noreste y que hoy parece identificarse con el lugar de La Cerera, donde se ha hallado un importante yacimiento arqueológico habitacional. El "lugar" de Arucas fue un importante emplazamiento guanche antes de la conquista castellana, pues un representante suyo, "Guriruquian, de Arucas", formó parte de la embajada de paz que los canarios enviaron a Diego de Herrera en Lanzarote en 1476 (Abreu 1977: 135), antes incluso de iniciarse la conquista de Gran Canaria.
Como Arehucas figura en la relación que Andrés Bernáldez, el Cura de los Palacios, hizo de los 35 "lugares y aldeas" que tenía Gran Canaria al tiempo de iniciarse la conquista (cit. Morales Padrón 1978: 515). Y fue desde Arucas desde donde Juan Rejón inició la conquista de Gran Canaria en 1478; allí también, tres años más tarde, su valeroso jefe Doramas caería muerto ante las tropas de Pedro de Vera, sucesor de Juan Rejón como capitán de la conquista de la isla.
Justamente por ser lugar tan importante para la primitiva historia de la isla aparece documentado de continuo, aunque con múltiples variantes: Arehucas, Arenuhuas, Arejucas, Areucas, Arefucas, Arefuias y Arucas. Nadie puede decir cuál de esas grafías representa mejor el nombre que tenía entre los aborígenes, y puede que las más alejadas de la actual no sean sino malas interpretaciones de lo verdaderamente dicho por los nativos. Pues el más simple de Arucas es el término que aparece por vez primera en 1544 en el libro de Repartimientos de Gran Canaria (Ronquillo y Aznar 1998), lo mismo que en el capítulo que Gaspar Frutuoso dedicó a las Islas Canarias (2004: 72), y lo mismo que en el interior del mapa de Torriani (1978: 87), al final del siglo XVI, y lo mismo que en las cartografías de Briçuela y Casola (2000: 44), del siglo XVII, y en la de Riviere (1997: 143), del siglo XVIII.
En el censo que Antonio Riviere hizo de las poblaciones de las islas hacia 1740, el término de Arucas contaba con 332 vecinos (y 1.412 personas)1, de los cuales vivían en el núcleo principal 117 vecinos, siendo uno de los más importantes de toda la isla. Esa importancia se la dio, sin duda, la riqueza y fertilidad de su vega, que contenía entonces una de los mejores plantaciones de caña de azúcar, como dijo expresamente Viera y Clavijo (1982: II, 108), y que duró hasta bien entrado el siglo XX, aunque alternando en los últimos siglos con el cultivo de las plataneras. Esta es la valoración que de Arucas y de su territorio hace López de Ulloa a mitad del siglo XVII:
Arucas, adonde se produce mucha cantidad de cañas de asúcar, y oy actualmente su ingenio está moliendo lo más del año, está este ingenio con muchas tierras y aguas que tiene fundado un mayorasgo por cuya caussa se a conservado muy largo tiempo. Dase en este lugar mucha cantidad de vino, no es muy bueno por causa de ser la tierra demaciada húmeda y vidrienta; las sementeras de trigo, cebada, centeno y millo son muy grandes (cit. Morales Padrón 1993: 325).
Y extiende las virtudes del clima que tiene Arucas a toda la isla de Gran Canaria diciendo que "es un paraíso por que el calor es en berano muy moderado, el frío no ay quien se queje del, de tal manera que no es necessario el ibierno acresentar i hazer mudança de vestido" (ibidem.).
Madoz (1986: 46) dedica a Arucas un largo artículo en su Diccionario con una descripción muy minuciosa del pueblo, con muchas noticias geográficas y algunas históricas. En cuanto a su terreno dice que es "en general montuoso y cubierto por las cimas de los cerros de espesos bosques de pinos y otros árboles silvestres, de yerbas de pasto y otras plantas aromáticas y medicinales", pero que también tiene "una gran vega, en la que con el auxilio que le proporcionan las aguas de los arroyos que descienden desde lo alto de los cerros que la rodean... se cultiva multitud de fan. de tierra que son a propósito para todo género de simientes y plantíos; los frutales dulces y agrios crecen con lozanía, y dan esquisitas frutas, y también prospera el viñedo". Hablando de las fuentes del término de Arucas dice que hay una fuente "de Tinocas que brota de una roca cubierta por el mar y que por la caprichosa disposición con que despide sus aguas parece más bien una fuente artificial"; además, da noticia de "las abundantes canteras de piedra para la fábrica y enlosado" que hay en su término, lo cual es del todo cierto, y que ha dado a Arucas la fama de ser el pueblo canario artesano de la piedra por excelencia, a cuyos canteros se les da el nombre específico de "labrantes". A lo largo de su Diccionario geográfico, el topónimo aparece citado de muchas formas, algunas muy erradas, como Arugas y Araucas (1986: 110, entrada Firgas).
Wölfel reúne en sus Monumenta (1996: 828) las varias escrituras que aparecen en la documentación histórica, que nosotros ponemos en orden alfabético: Amcas, Arefucas, Arefuias, Arehucas, Arereuki, Areruhua, Areucas, Aruca y Arucas; las más fruto de malas lecturas, por ejemplo las que aparecen con f por confusión con la h; y las que aparecen con h por destruir el hiato, etc. Wölfel propone para Arucas varios paralelos bereberes, como ukas, tûkse y ekoss, todos ellos alrededor de la idea 'calor' o 'estar caliente'. Sin embargo, nuestro colaborador Abrahan Loutf opina que el topónimo grancanario tiene aspecto de ser una forma no compuesta sobre la base del segmento ar-, sino emparentada con la raíz RKS del bereber con el valor de 'esconder' y que suele aplicarse a lugares apartados como si estuvieran escondidos. Naturalmente no podemos aplicar ninguna de estas dos hipótesis a la realidad que hoy designa el topónimo Arucas, pues nada sabemos del accidente primero que pudo llevar este nombre. Hasta hemos leído en algún lugar ahora inidentificado que Arucas significaba 'lugar de bendición', lo que más parece confundir la significación, que es un fenómeno meramente lingüístico, con la valoración de una realidad, y eso desde el sentimiento de un lugareño.
Finalmente en el trance de la investigación de este diccionario hemos encontrado otro topónimo con el nombre de Arucas, pero no en Gran Canaria, sino en Fuerteventura: Majaditas de Arucas, un conjunto de "majadas" en la ladera sureste del Morro de la Degollada de Abajo, al oeste de Tiscamanita, municipio de Tuineje (Toponimia de Fuerteventura 2004: V, 29). Podría pensarse que este topónimo fuera un trasplante del nombre grancanario, pero más verosímil nos parece que este sea tan autóctono de Fuerteventura como el otro lo es de Gran Canaria. Incluso puede añadirse que cuenta con la cita en las listas de topónimos guanches de Fuerteventura de Bethencourt Alfonso (1991: 357), si bien allí con el equivocado nombre de Arucos.
1 Sin embargo, según el clérigo tinerfeño Quesada Chaves, la Villa de Arucas contaba en 1742 con 686 familias y 2.925 almas, siendo en ese momento la cuarta población más importante de la isla, tras la capital Las Palmas, Telde y Agüimes (2007: 124).
ETIQUETAS
+ Añadir etiqueta
COMENTARIOS
Comentarios
¡Sé el primero en comentar!
AÑADIR COMENTARIO A ESTE TOPÓNIMO
Comentarios
¡Sé el primero en comentar!
Comentarios
¡Sé el primero en comentar!